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Avísame cuando llegues

Lidia Rodríguez

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“Avísame cuando llegues” es la frase que todas repetimos y escuchamos cuando salimos solas. Es la frase que nos dicen nuestras amigas, la que nos dice nuestro novio, la que nos dicen nuestros padres. Tenemos que avisar de que llegamos enteras porque nos matan y nos violan por ser mujeres. Nos matan los hijos sanos del patriarcado.

Ese “avísame cuando llegues” es la razón por la que todas acabamos llamando por teléfono a nuestra madre, amiga o pareja cuando nos sentimos inseguras caminando por la calle. “Avísame cuando llegues” es la frase que resume el miedo que sufrimos las mujeres. Es la razón por la que hay días que te cuestionas el camino de vuelta a casa. Es la razón por la que tu amiga espera a que entres en el portal para arrancar el coche, porque ella, igual que tú, sabe lo que puede ocurrir cuando no avisamos. Por todo esto, tenemos que hacer el esfuerzo de comprender que eso es violencia. El miedo es una forma de violencia.

El pasado martes fue encontrado el cuerpo de Laura Luelmo. Se le ocurrió salir a correr a las cuatro de la tarde y la mataron. Desde el primer momento la policía ha admitido que es posible que se trate de un caso de violencia machista porque se han encontrado indicios de violencia. La misma noche varias cadenas nacionales emitieron reportajes sobre lo que no debemos hacer las mujeres para que no nos maten. Y ese es el problema. Las mujeres no necesitamos reportajes sobre defensa personal o recomendaciones sobre cómo no ir solas caminando por la calle. Necesitamos que no nos asesinen, y para eso tenemos que realizar un cambio educacional. Necesitamos educarlos, a ellos, a no matar y ni violar a mujeres, a no intimidarlas cuando van caminando solas por la calle.

Para poder (re)educarnos tenemos que comprender que los hombres que nos asesinan y nos violan no son enfermos: son hijos sanos del patriarcado. Es necesario desterrar del imaginario colectivo la imagen del psicópata que acecha a la mujer en una esquina para atacarla porque, el pobre, no puede controlar sus impulsos sexuales.

Tenemos que recordar que la mayor parte de los abusos sexuales se producen por parte del entorno de la víctima, y que la mayor parte de los asesinatos que sufrimos las mujeres son por parte de los hombres. Y esto no es casual: son las consecuencias del patriarcado, bien resumidas en ese “avísame cuando llegues”.

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