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Ya nos conocemos todos

Lidia Rodríguez

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“Y esas borrascas del PSOE con insultos y descalificaciones teniendo Berto querellas como tuve yo, 16 querellas, pero sabiendo que en los pueblos nuestros nos conocemos todos. Y es una persona honrada, honesta y trabajadora. Porque Berto es un pedazo de alcalde”, con ese ímpetu defendía Ana Oramas a José Alberto González Reverón en un pasado no muy lejano. Ese mismo ímpetu con el que hace 10 años abrazaba a Miguel Zerolo. Y con ese mismo ímpetu ha mentido sobre el caso Grúas en La Sexta.

Es muy difícil justificar a un compañero de partido investigado por corrupción. Pero es mucho más difícil defenderlo si es el presidente del Gobierno de tu comunidad autónoma. Por eso, Oramas se hizo un lío y soltó una mentira detrás de otra en el programa de Mamen Mendizábal, Más vale tarde.

La presentadora le preguntó por los tres delitos por los que está investigado Clavijo en el caso Grúas (tráfico de influencias, prevaricación, malversación de fondos), a lo que Oramas tiró de un argumento que ya escuchamos en el caso Las Teresitas, el del expediente administrativo.

Con tono de enfado le contestó: “No, un expediente administrativo para que no se suspendiera el servicio de grúas en La Laguna, sin ningún euro de perjuicio para los ciudadanos y con el aval de todos los funcionarios del Ayuntamiento”. El argumento del expediente administrativo es como ese fake que dice que Clavijo salió sin imputación de los juzgados de La Laguna el día que fue a declarar ante Farnés y Celia Blanco. Vamos, una mentira como una casa.

Oramas es, perfectamente, consciente de que el caso Grúas no es un simple expediente administrativo. La diputada nacionalista es perfectamente consciente de que las actuaciones de su compañero de partido no contaban con el beneplácito de los interventores del Ayuntamiento, motivo por el cual decidieron pedir un informe externo a Francisco Villar y Francisco Clavijo. Lo bueno de mentir en televisión es que la ciudadanía resulta perfectamente consciente de la gravedad del asunto. El tamaño de la mentira que cuentan los políticos suele se directamente proporcional a su nivel de preocupación.

Los nacionalistas están perdiendo poder mediático. Ya no basta con poner a funcionar la máquina del fango, a los medios y periodistas afines, porque ni siquiera la falsa “investigación” de Ángel Víctor Torres consigue opacar la situación de Clavijo en el caso Grúas.

Las mentiras de Coalición Canaria ya no funcionan ni en Madrid, donde comienzan a conocer los líos judiciales del partido. Siendo conscientes de su situación, recurren a la pataleta, al enfado y a la mentira. Y aunque Oramas repita por activa y por pasiva que el caso Grúas es cosa de un “expediente administrativo”, al final en “los pueblos nuestros nos conocemos todos”.

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