Buen rollito y bocata de calamares

Otra cosa no, pero imaginación le echa la gente cantidad para encontrar la rentabilidad necesaria al envío de los dos centenares de voluntarios canarios a Galicia a limpiar piche. Ya saben lo de Ysturiz y esa unidad de emergencia que no suena mal, aunque muchos creyeran que ya estaba creada después de lo de Santa Cruz en marzo pasado. Pero, además, el Gobierno, a través de sus gabinetes de comunicación, sigue margullando en la búsqueda de mayores justificaciones, como la que recibimos este lunes: “La convivencia entre los voluntarios canarios estrecha los lazos entre las siete islas”. Ah. O sea, que gracias a la catástrofe ajena, los canarios nos hermanamos bajo el afectuoso manto del Gobierno. Tanto, que hasta unos primos hermanos que no se habían conocido, venga, lo hicieron en Fisterra. Quizá debieran plantearse para próximas ediciones de hermanamientos y encuentros entre primos un lugar más cercano y baratito. Si bien es cierto que, en tal caso, quizá los protagonistas del buen rollito no tendrían a mano bocatas de calamares de 50 centímetros de largo a un euro la unidad, como nos explica el Gobierno en una nota de prensa; o un perrito abandonado que han adoptado los voluntarios al que han bautizado con el nombre de Piche y que incluso acude a las reuniones de la expedición canaria. Para que vean que hasta a los animalitos de Dios llega el hermanamiento bucólico y pastoril.