Un paseo por la Venecia del Oriente. Notas desde Suzhou

El agua y la piedra son los elementos esenciales de Suzhou, una ciudad a la que Marco Polo llamó la Venecia del Oriente. Wesley Fryer

Viajar Ahora

Cuando Marco Polo visitó Suzhou allá por 1276, el viajero quedó impresionado por la elegancia de la ciudad. En su crónica viajera, en la que se mezclan verdad, ficción, leyendas y un buen número de exageraciones, no dudó en llamar al lugar como la Venecia del Oriente. Es una de las urbes más antiguas de la región que forma la desembocadura del Yangtsé y, también, una de las capitales del comercio de la seda. Y de ahí su imponente colección de viejos palacios, jardines y canales que tanto impresionaron al maestre Polo. Al contrario de lo que sucedió en otras grandes ciudades chinas, Suzhou ha sabido mantener a salvo su pequeño pero encantador casco histórico que fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Entre los grandes bloques de apartamentos y los edificios del nuevo centro financiero, las trazas de la vieja Suzhou sobreviven ante el empuje de esa nueva China que tiende a lo desmesurado.

Suzhou es una gran metrópoli de casi seis millones de habitantes y la llegada hasta la Estación de Tren (con conexiones rápidas con Shangai y Hangzhou) despista. Los barrios residenciales de arquitectura cuadrada y gris y la red de autopistas y pasos elevados que se extienden por todos lados esconden uno de los centros históricos más imponentes de toda China: “El paraíso está en el cielo y en la tierra están Suzhou y Hangzhou”, asegura un viejo proverbio del país. Y es verdad. Más allá de las cicatrices que dejó la Revolución Cultural y el actual modelo económico de crecimiento exponencial, los canales son una auténtica puerta a través del tiempo que te transportan al país tradicional que, poco a poco, va quedando confinada entre los símbolos de la China de hoy: esa que alterna lo soviético con el acero y el cristal del capitalismo extremo y desbocado.

COMO LLEGAR.- Suzhou se encuentra a unos 110 kilómetros al oeste de la ciudad de Shangai. Los trenes rápidos cubren esta distancia en poco más de 25 minutos; los lentos lo hacen en una hora y cuarto. El billete de los trenes bala ronda los cinco euros en segunda clase y poco más de 2,5 en la opción lenta. Las frecuencias desde Shangai son abundantes con salidas cada pocos minutos. Desde Hangzhou el tren rápido tarda 1h30m (15 euros segunda clase) y entre tres horas y media y cuatro horas para los trenes lentos (cinco euros). Una vez en la estación de tren de Suzhou (ver mapa), la mejor opción es tomar un taxi para llegar hasta el punto de partida de la visita. La mejor opción es hacer el trayecto hasta la Pagoda del Templo Norte, una de las puertas de entrada a la ciudad antigua (unos dos euros) y ahí comenzar el recorrido a pie.

Una pequeña guía de Suzhou

La ciudad del agua, la llaman. Como te decíamos antes, Suzhou fue uno de los mayores centros de producción de seda de la antigua China. Y para dar salida a este importante producto de la economía tradicional, las autoridades construyeron una inmensa red de canales que comunicaban las ciudades más importantes del país con los puertos. Suzhou no fue una excepción y el agua fue uno de los elementos definitorios de su urbanismo. La seda también tuvo otra consecuencia: una colección de grandes templos, jardines y edificios públicos dignos de verse. La Pagoda del Templo Norte o Pagoda Beisi (Renmin Rd, 1918) es una imponente construcción de nueve pisos que data del siglo XIV aunque la historia del lugar se remonta a más de 1.700 años. Desde aquí puedes ir caminando a través de la calle Xibeijie (y asomarse al canal) para ir hacia el Jardín del Administrador Humilde (Dongbei, 178), un imponente conjunto de jardines, lagos artificiales y construcciones que datan de principios del XV y son uno de los conjuntos histórico artísticos más importantes del sur de China. Junto a este jardín monumental se encuentra el Museo de Suzhou (Dongbei, 204; Tel: (+86) 512 6757 5666) con interesantes colecciones históricas (impresionantes las porcelanas).

Los jardines históricos se reparten por todo el casco histórico. Algunos monumentales (aunque sin llegar al punto del Administrador Humilde), otros íntimos y pequeños. Si vas a estar varios días en la ciudad puedes intentar visitarlos todos (la entrada a cada uno de ellos ronda los tres euros); si vas con el tiempo limitado puedes ser más selectivo. Dos de los más bonitos son el Jardín del León Jardín del León (Yuanlin Rd, 23; Tel: (+86) 512 6727 2428) y el Jardín del Retiro de la Pareja (Gongyuan, 12). Los jardines clásicos chinos son una de las mayores atracciones de la ciudad pero hay muchos: el Jardín del Maestro de las Redes Jardín del Maestro de las Redes ; el Pabellón de las Olas Azules; elJardín del Cultivo ;La Villa de las Montañas de la Belleza; ElJardín de La Demora o el Jardín de La Armonía, entre otros (ver mapa). Las casas tradicionales y los canales se suceden en el centro histórico. Dos calles en las que hay que detenerse y caminarlas bien son Pingjiang Lu y Shangtang Jie: a orillas de dos de los canales más auténticos y cuajadas de casas tradicionales y puentes. Aquí es dónde la imagen de esa Venecia oriental se hace más patente.

De las antiguas murallas, la parte más imponente es Pan Men (Puerta Pan), una de las escasas muestras de las fortificaciones originales y, también, un área ajardinada repleta de antiguas edificaciones y templos: como la impresionante Pagoda Ruiguang, uno de los edificios religiosos más bonitos de la ciudad. Otros puntos de interés como el Templo de Confucio (Renmin Rd, 635); el Templo Dinghui (Ding Hui Si), con sus famosas pagodas gemelas, o el Templo del Misterio (Guanquian) uno de los más importantes santuarios taoístas del sur de China (data del siglo XII) y, también, una verdadera obra de arte de la arquitectura monumental.

SUBIR A LA COLINA DEL TIGRE : “Es una lástima haber ido a Suzhou y no haber visitado la Colina del Tigre”, escribió Su Shi uno de los grandes poetas de la Dinastía Song. Este montículo artificial de poco más de 35 metros de altura resume cerca de dos milenios y medio de historia del país. La construcción original fue una tumba real del remoto Reino de Wu (siglo II) y sobre el mausoleo fueron añadiéndose construcciones hasta configurar la actual colina, coronada por la Pagoda Inclinada y un buen número de pabellones. Es un lugar de mucha importancia simbólica y ritual -dicen que trae suerte visitar el sitio- para los chinos que suelen abarrotarlo. Pero merece la pena subir. La mejor opción para llegar aquí es a través del taxi.

OTRAS VISITAS EN LA CIUDAD

Museo de la Ópera Kunku.- (Zhongzhangjia, 14; Tel: (+86) 512 6727 3334) Más allá del museo, que está todo en chino, es interesante ver el teatro en sí, que nos recuerda a los corrales de comedia españoles pero a lo bestia. La entrada es gratuita cuando no hay representaciones. Ver una ópera china merece la pena si haces noche en la ciudad.

Museo de la Seda.- (Renmin Rd, 2001; Tel: (+86) 512 6753 6506; Web oficial) Intersante para conocer la historia y la importancia que tuvo la seda en la consolidación de la ciudad como centro económico y político.

Templo Hansang .- (Fengqiao) Este templo budista se encuentra un poco a trasmano (a unos cinco kilómetros del centro del casco histórico) pero aunque no es muy grande, es de los más bonitos y más antiguos de la ciudad (siglo VI). La mejor manera de llegar es en taxi.

COMER EN SUZHOU

YaBa ShengJian (Lindun, 12; Tel: (+86) 512 6720 8077) Cocina china tradicional a muy buenos precios. No hay carta en inglés, pero basta con que señales la foto y ya está. Genial para comer al paso aunque cuentan con un modesto comedor con bancos de madera. Albóndigas míticas y sopas muy ricas. Y todo muy barato.

TongDe Xing (Shíquán, 624; Tel: (+86) 512 6516 5206) Cocina tradicional. Sopas con fideos de escándalo en una antigua casa de la ciudad junto al canal. Excelente relación calidad precio.

YangYang Dumpling (ShiQuan, 420; Tel: (+86) 512 6519 2728) Restaurante de cocina china tradicional y posibilidad de platos vegetarianos y veganos. Precio medio. Muy buenas las albóndigas fritas y sorprendentes las flores de loto salteadas y los platos de vegetales.

FOTOS BAJO LICENCIA CC: Ray Swi-hymn; Sébastien Bertrand; Wesley Fryer; Waaghals; Owen Richard.

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