Buitrago de Lozoya y los pueblos negros de la Sierra Norte de Madrid

Colores de otoño en el Hayedo de Montejo; un paraíso natural a menos de dos horas del centro de Madrid.

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Una pequeña guía de Buitrago de Lozoya.- Es la joya de la corona y uno de los más importantes centros patrimoniales de la Comunidad de Madrid. Una foto fija de la Edad Media a menos de una hora y media en coche de la Puerta del Sol. Este pequeño pueblo situado en uno de los más importantes accesos naturales hacia los altos de la sierra madrileña se situó como uno de los puntos estratégicos de defensa de la ciudad de Toledo en tiempos de musulmanes. Las murallas de Buitrago son de las mejor conservadas de España: muros de origen musulmán (siglos IX y XI) que suponían un buen obstáculo a cualquiera que bajara desde los altos de Somosierra. Los muros de Buitrago son, por lo tanto, su principal seña de identidad (se pueden recorrer al completo –la entrada cuesta dos euros-) y junto al Castillo de los Mendoza (Plaza del Castillo) forman un conjunto defensivo de gran importancia histórica y muy buena presencia a pesar de los muchos siglos. También muros adentro está la Iglesia de Santa María del Castillo (Calle de La Villa, 2). Esta es la única de las antiguas iglesias de la villa histórica y era gótica. Y hay que decir era porque sufrió graves daños durante la guerra civil: sus bóvedas medievales cayeron y en su lugar se instaló un bonito artesonado neomudéjar (no dejes de subir al campanario para ver el pueblo desde las alturas). Sin salir de las murallas hay que ver la Calle de la Villa y el Jardín Medieval (Los Cortijos, 1).

Fuera del casco amurallado todo lo que hay que ver se encuentra en torno a las calles Real y Tahona. Aquí hay algunas casonas, un antiguo lavadero (Los Jardines, 10), un montón de bares y el Museo Picasso (Plaza de Picasso, 1). Sí, así como lo oyes. Aquí se instaló una importante colección de obras artísticas del genio malagueño gracias a la figura de Eugenio Arias, un exiliado español en el Sur de Francia que fue barbero y amigo del artista por más de 25 años. Aquí vas a encontrar dibujos, carteles, cerámica, libros autografiados… Una curiosa colección en la que hay algunas joyas. Llegar a Buitrago de Lozoya en transporte público.- Si no tienes coche y quieres conocer el pueblo puedes llegar desde Madrid sin problema en transporte público. La Línea 191 sale desde el Intercambiador de Plaza de Castilla y llega a Buitrago de Lozoya en poco más de hora y media.

Una visita al Frente del Agua; huellas de la Guerra Civil española.- El frente de la Sierra Norte de Madrid fue una de las líneas de batalla más activas y fijas de la contienda; la frontera entre los dos bandos se mantuvo aquí casi sin moverse durante toda la guerra. Y fruto de aquella actividad es la conocida como el Frente del Agua, una línea de fortificaciones que defendían dos de los embalses de aprovisionamiento más importantes de todo Madrid. La visita a este frente de guerra se inicia en el pueblo de Paredes de Buitrago donde puedes visitar el Centro de Interpretación del Frente del Agua (Plazuela del Cura, 4) donde no sólo vas a poder identificar cada una de las posiciones del frente (republicanas y fascistas) sino también podrás comprender como se desarrolló la guerra en este sector. Un sendero circular de 8 kilómetros recorre los diferentes búnkeres, trincheras, nidos de ametralladoras y posiciones a través de una pista de gran belleza natural (atraviesa un pinar impresionante). Desde la carretera M-315 se puede acceder fácilmente a algunas de las posiciones sin tener que caminar mucho.

Los Pueblos Negros de Madrid y el Hayedo de Montejo.- La Sierra Norte de Madrid linda con las alturas de la provincia de Guadalajara, uno de los paisajes rurales más bonitos e intensos de esta parte de la Península Ibérica. Se comparten paisajes, modos, tradiciones… Y también esa preciosa arquitectura negra marcada por el uso de la pizarra como principal materia prima. Los pueblos negros madrileños son mucho menos conocidos que sus vecinos manchegos (y también los hay en la cara segoviana de la sierra). Pero también son bonitos y dignos de una escapada. Ya la propia Buitrago de Lozoya puede considerarse como población integrante de este listado de pueblos negros, pero hay que integrarse en la sierra para descubrir lugares como Puebla de la Sierra; La Hiruela; Horcajuelo… Y también Montejo de la Sierra. En este precioso pueblo de piedra se encuentra el Centro de Información de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón (Del Real, 64) y alguna cosa que ver como el Pinar de Montejo. Pero la verdadera joya del municipio es el Hayedo de Montejo, una de las manchas de bosque nativo mejor conservadas de esta parte del país. Para poder visitar este bosque maravilloso hay que solicitar permiso en la página web de la Sierra del Rincón. El premio a la previsión es poder sumergirse en un pequeño mundo de 250 hectáreas que tiene más que ver con el centro de Europa que con la realidad ibérica. Aquí se refugian los restos del bosque que había en la zona sur del continente durante la los milenios posteriores a la última glaciación. Es raro ver hayedos tan al sur (en España sólo hay uno en Tarragona y Castellón –Hayedo del Retablo-) y este es impresionante. Aquí puedes ver hayas de gran altura junto acebos, abedules, avellanos, brezos… Y bichos como gatos monteses, corzos, jabalíes, nutrias, águilas calzadas, perdices… El interés ecológico de este lugar trasciende el propio hayedo. Todo el entorno es espectacular con hitos como la Laguna del Salmoral de Prádena del Rincón (M-130) o el tramo alto del Río Jarama.

Si puedes ir y venir durante varios días todos y cada uno de los pueblos y pequeñas aledas que hay en esta zona de la sierra madrileña pues aprovecha. Si sólo puedes visitar unos cuantos, Montejo de la Sierra y La Hiruela. A La Hiruela hay que ir sí o sí. Es un ejemplo paradigmático de arquitectura negra y su entorno es espectacular. El pueblo cuenta con varios edificios notables, un museo de etnografía muy interesante (Herrerías, 2) y rincones de gran valor cultural y patrimonial como su Carbonera, su Colmenar o el Molino Harinero que aprovecha las aguas aún jóvenes de un Jarama que aquí divide Madrid de La Mancha. Desde aquí puedes acceder a pie en apenas una hora y media a Cardoso de La Sierra, uno de los pueblos negros de la vecina provincia de Guadalajara y aprovechar el camino para ver ruinas de antiguos molinos y bosques frondosos donde abunda la fauna (no es difícil, por ejemplo, ver nutrias en el Jarama).

Visitar una fragua del siglo XV.- Puebla de la Sierra es otro de esos pueblos negros del lado madrileño de la sierra. Aquí vuelven a repetirse los mismos esquemas de la arquitectura negra en pequeños monumentos como la Ermita de La Soledad, la Iglesia de la Concepción, una fuente que según parece es de origen árabe y un entorno natural de gran belleza donde podemos encontrar robles varias veces centenarios. Pero en Puebla lo que sobresale sobre todas las cosas es la Fragua del Lobo (Travesía de la Fragua, 2), una vieja herrería tradicional del siglo XVI que aún sigue funcionando haciendo verdaderas maravillas (réplicas totalmente funcionales de armas blancas históricas). Esta fragua ofrece visitas guiadas. ¿Un museo japonés en la Sierra de Madrid? Pues sí. Puebla de la Sierra está hermanada con la ciudad de Osaka y fruto de esta relación hay un pequeño museo de arte japonés en la población.

Fotos bajo Licencia CC: Santiago López-Pastor; Gonzalo Malpartida; Jacinta Lluch Valero; Josemaría

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