Grecia y Estonia desbloquean la 'ley rider' europea pese al rechazo de Francia y Alemania

Irene Castro

Bruselas —

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“Gracias por las sorpresas de última hora”. Así ha celebrado el ministro de trabajo belga, Pierre-Yves Demargne, el acuerdo para aprobar en el Consejo de la UE la ley 'rider' europea, que se le había atragantado a los 27 por el rechazo de Francia, Alemania, Grecia y Estonia. Los dos últimos países han cambiado de posición y han dado su apoyo al texto, que ahora tendrá que ratificar el Parlamento Europeo para que la normativa entre en vigor con la intención de aumentar la protección de los trabajadores de las plataformas digitales como Glovo o Uber.

“Agradezco el trabajo de modificar el texto. Teniendo en cuenta ese trabajo, queremos dar muestra en nuestro espíritu de compromiso, la solidaridad en Europa, vamos a apoyar la directiva”, ha dicho la representante griega durante la reunión de los ministros de Trabajo de la UE, que era la última oportunidad para que la normativa saliera adelante tras dos intentos fallidos. “Estamos dispuestos a hacer un esfuerzo y adoptar un acuerdo defendiendo el interés de los trabajadores”, ha expresado posteriormente el estonio, a quien han aplaudido sus colegas europeos.

La Comisión Europea puso sobre la mesa una ley para regular el trabajo de las plataformas digitales con la que pretendía aflorar unos 5,5 millones de falsos autónomos inspirándose en la norma española. En el mes de diciembre, bajo la batuta de la presidencia española, se alcanzó un acuerdo interinstitucional con el gobierno comunitario y el Parlamento Europeo que que no reconocía de forma automática la presunción laboral de los riders sino que los empleados de las plataformas deberían demostrar que cumplían al menos dos condiciones de cinco (los estados miembros pueden designar más) para ser considerados como trabajadores por cuenta ajena, por ejemplo, cuando se da la circunstancia de que la plataforma es la que determina su remuneración o la plataforma la que controla el desempeño de la actividad profesional.

Esa redacción se topó con el rechazo de Francia, Alemania, Estonia y Grecia en dos intentos de sacar adelante el texto. En el último se reabrió el acuerdo y la norma queda en la práctica como una 'legislación a la carta' sin criterios comunes para toda la UE. Aún así, el gobierno de Emmanuel Macron, que es partidario de que el sector se autorregule a través de convenios, se ha mantenido en el 'no'. Alemania tampoco ha secundado el texto por el rechazo de los liberales que forman parte del tripartito que dirige el socialista Olaf Scholz. El ministro alemán de Empleo ha celebrado, eso sí, que se haya conseguido la mayoría: “Es un paso para la Europa justa y social”.

“Los Estados miembros establecerán una presunción legal de empleo en sus ordenamientos jurídicos, que se activará cuando se constaten hechos que indiquen control y dirección. Estos hechos se determinarán con arreglo a la legislación nacional y a los convenios colectivos, teniendo en cuenta la jurisprudencia de la UE”, señala el Consejo de la UE en un comunicado. “Las personas que trabajan en plataformas digitales, sus representantes o las autoridades nacionales pueden invocar esta presunción legal y alegar que están mal clasificadas”, agrega la nota sobre el acuerdo que deja en manos de las plataformas demostrar “que no existe una relación laboral”.

España siempre ha querido una normativa con mayor ambición de la que se ha negociado en el seno de la UE, pero ha apoyado los textos que se han ido acordando para que haya una legislación base que permita mejorar las condiciones de los trabajadores de las plataformas. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha cargado duramente contra los países que se oponían al acuerdo. “El debate está en si ganan los que bloquean la Europa social y se colocan del lado de las multinacionales y de la vulneración de los derechos laborales y la pobreza laboral o si gana la Europa que más queremos”, ha dicho a los periodistas antes de entrar en la reunión.

“Vamos a ver si quien gobierna o dirime el futuro de la UE son las grandes multinacioaneles que están bloqueando la protección laboral y la defensa de los trabajadores que lo hacen en plataformas, es decir, si ganan los que bloquean y se colocan del lado de las multinacionales (pocas) que bloquean los derechos laborales, o si gana la Europa social, el origen de la mejor Europa que conocemos, que tiene que ver con una Europa civilizatoria con derechos laborales conn respeto a los derechos fundamentales”, ha sentenciado Díaz.

La vicepresidenta también ha defendido la necesidad de acabar con el “dumping salarial” o la “competencia en bajos salarios” en la UE. “Lo que estamos viviendo no se puede permitir”, ha aseverado.