Las autoridades ucranianas han informado este domingo de que sus fuerzas han matado a más de 1.000 soldados rusos y alrededor de 2.500 heridos desde el jueves, cuando comenzó la invasión, y de haber capturado a más de 300.
“El Ejército ruso se rinde masivamente. Incluso los oficiales superiores se rinden. Hoy se rindió el comandante de una unidad militar rusa. El comandante del batallón de tanques también se rindió. Ya llevamos más de 300 combatientes regulares”, afirmó en una comparecencia Oleksiy Arestóvych, asesor de la Oficina del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El parte ruso, no obstante, recoge que “en las últimas 24 horas las Fuerzas Armadas de Rusia bloquearon totalmente las ciudades de Jersón y Beriánsk. Tomaron el control de la ciudad de Gueníchevsk y el aeródromo Chernobáyevka junto a Jersón”. Según el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov, han sido detenidos 471 militares ucranianos, que son tratados con respeto y “serán devueltos a sus familias”.