El CIT tinerfeño pide al Gobierno que agilice la implantación del gas natural
El presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Ángel González Suárez, remitió un escrito al consejero de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Jorge Rodríguez, en el que le solicita que agilice los trámites necesarios para conseguir la “inmediata implantación” del gas natural en las Islas como “única posibilidad real de rebajar la actual factura energética”.
González explicó en la misiva que el CIT acordó por unanimidad hacer constar su apoyo a la introducción de esta fuente de energía en Canarias como fuente alternativa, al considerar que la dependencia del petróleo (que alcanza el 96% del consumo actual) hace “extremadamente vulnerable al Archipiélago”.
Por ello, solicitó a Rodríguez que demande a la empresa Gascan la urgente agilización de todos los trámites administrativos y técnicos pertinentes y le hizo llegar el “respaldo firme y decidido a esta decisión estratégica de futuro para que sea una realidad lo antes posible”.
El CIT estimó, basándose en un estudio sobre las anternativas energéticas el Canarias, que la implantación del gas natural licuado es la “opción más válida” y que “garantizará la competitividad de las industrias de las Islas”, al suponerles un ahorro de entre el 20% y el 30% en sus facturas energéticas“.
González estimó que la implantación del gas se hace “absolutamente necesaria, ante la prevista e inminente subida de las tarifas eléctricas”, que genera un “panorama crítico”.
En este sentido, consideró que, descartados la energía nuclear y la procedente del carbón como alternativas, la única válida es el gas natural licuado, que es “un combustible limpio, incoloro, inodoro, no tóxico y no corrosivo”. Además, defendió que responde a la apuesta por las energías renovables, como recoge el Plan Energético de Canarias (Pecan), ya que “permitirá reducir de forma clara las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, facilitando el cumplimiento en las Islas de las directrices marcadas por el protocolo de Kyoto”.
