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Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

¿Y por qué no están abiertas las iglesias?

Iglesia de Arucas. (CABILDO DE GRAN CANARIA)

Jorge Batista Prats

Las Palmas de Gran Canaria —

Siempre que me hago una pregunta que juzgo de cierta trascendencia – los periodistas están para preguntar y preguntarse – toujours forever and ever recuerdo a Atahualpa Yupanqui. Como deformación profesional, ya que los periódicos cerraban hace mucho tiempo a las 3.00 de la madrugada, me sumerjo de inmediato en los planteamientos de Atahualpa (en quechua significa Aquel que viene de lejanas tierras), para mi el más emotivo y profundo cantante y guitarrista criollo que ha dado al mundo Latinoamérica. Qué curioso que aquél hombre arrugado, de rostro triste y de nombre Héctor Roberto Chavero naciera en Campo de la Cruz, partido de Pergamino, cuando se iniciaba el siglo XX … Pergamino. Allá donde se colocan las letras. Así que, al igual que en ocasiones he pasado madrugadas buscando un rayo de luz, también he sentido el íntimo y tenebrista tiempo de la noche … y he hablado con una guitarra. Guitarra, dímelo tú.

Me pregunto tanto y tantas cosas que no tengo tiempo para contestarme. En esta ocasión, al ponerme ante el papel que es luz en vez de pergamino, recordé una cuestión que siempre me ha intrigado: ¿Por qué están siempre cerradas las iglesias? A nadie le importa qué credo profeso pero, aún así, les diré que no soy de aquellos que cada domingo acuden a misa, ni de esos que rezan diariamente, ni de los que piensan en Dios y su magnífica obra, mucho menos de los otros que se dan golpes de pecho para ver y ser vistos. Digamos que, a estas alturas y de momento, aunque adoro la Historia Sagrada y he leído La Biblia, me entiendo mejor con Darwin. No obstante, siempre que paso por delante de un templo, intento permanecer un rato en el interior. Sentado relajadamente, disfrutando de la paz que no hay afuera, techado por cúpulas y acompañado de columnas, quizá entregado por una vez al tópico: ¿Quiénes somos?¿De dónde venimos?¿A dónde vamos? Pero me han cerrado las iglesias. Sólo se abren media hora antes de las misas – suelen ser dos, una por la mañana y otra por la tarde – y se cierran media hora después de celebrada la Eucaristía.

Como hablamos de iglesias, me produce cierto pudor manifestarme abiertamente, pero como no soporto esa represión titulada corrección política, diré y digo que me han jodido. Porque no es lo mismo sentarse bajo artesonados y al abrigo del silencio que en un banco del mobiliario urbano. Que, de repente, te caga un pájaro en los ojos y te conviertes en Lázaro, o te esnifas del taponazo quince o veinte rayas cortadas con CO2, CO, óxido de nitrógeno y óxido de azufre, disparadas desde el tubo de escape de una guagua, y te conviertes en yonki o te quedas colgado para toda la vida. Yo qué sé. En definitiva, que aunque Tejero pronunció aquel precioso e implacable “¡Se sienten, coño!”, a mi no me dejan hacerlo en iglesias, catedrales y ermitas. ¿No era el templo un lugar de oración y acogida? ¿Qué pasa entonces? No hay ni siquiera una pila que tenga agua bendita. Están secas. Han devenido anoréxicas. Es decir, si te vi, no me acuerdo.

Que entonces, con la intención de hablarme a mi, me digo yo a mi mismo: ¿Y el cura o el párroco, incluso el sacristán – ya saben que los monaguillos se extinguieron, con lo bonito que era tocar las campanas – dónde están? ¿Dónde se han metido? ¿En qué lugar de La Mancha o del Oasis de Maspalomas se esconden? ¿Estamos ante el paradigma del escaqueo puro y duro? ¿Son molinos o son gigantes? ¿Qué coño es esto?

San Justino Mártir, en su Diálogo con Trifón destaca que el trabajo para los cristianos tiene una raíz sobrenatural. Así, señala : “Cristo fue considerado como carpintero, y fue tal que obras de este oficio fabricó mientras estaba entre los hombres, enseñando por ellas los símbolos de la justicia y lo que es una vida de trabajo”. Mucho éxito no tuvo, parece. La hora de cierre de una iglesia, media hora después de terminada la misa, es aplicada con tal radicalismo que, un poco más un securitas de esos chulos te empuja fuera, aún llevando la documentación, estando sobrio y conociendo a algún diputado autonómico. Es escandaloso.

Como no existen estadísticas sobre cuánto trabaja un sacerdote y, sin embargo, sí existe y es muy empleado el dicho popular: “Vive como un cura”, fuíme a investigar el asunto. Y lo hice en pecado – mortal, además – para lograr una confesión express, en caso de que la hubiese, o a pedir número para las listas de espera. Hay quienes advierten que son tan largas como las de la Sanidad canaria, aunque yo no me lo creo y Clavijo disimula. Nada. Que no aparece un cura en condiciones y, para no condenarme si la palmaba esa noche, me dirigí a uno de esos agentes de movilidad por sí, en sus desconocidas competencias, estaba la de confesar al probo ciudadano en caso de urgencia extrema. Pues no, que me dijo que no podía porque se buscaba la ruina y que CC y PSOE no se habían puesto de acuerdo a la hora de crear una UCI en la Catedral para pecadores y calaveras del Tenorio p’arriba. Chunga la cosa. De modo que caí en la cuenta de que en el Infierno están muchos amigos perdidos y me arriesgué a pasar toda la eternidad al grill. Pero no me conformé con esta investigación fallida. No. “Se busca que hay un caso y tiene tongo… ¡Al teniente Colombo! Se mete por el ojo de una aguja, se fija en una simple tontería… y da con el granuja. A mí que este Colombo me empepina, me gusta, me entretiene, me domina, y pienso, como muchos ciudadanos, pa’ verlo trabajá sin gabardina…

De entrada, no. Pero, sí. Así que vayamos al análisis simple: media hora de misa más media hora a priori y media a posteriori, suman una hora y media. Multiplicando por 2, son tres horas diarias. Y si hubiera un tiempo de despacho a puerta cerrada para concertar bodas y bautizos – no, divorcios, no – pues algún tiempo más. ¿Cuánto trabaja un cura? Vaya usted a saber. ¿Y cuánto cobra? Ahhhhhh … eso sí podemos conocerlo euro arriba, euro abajo. En España un cura gana de media 900 euros mensuales, cifra que puede aumentar o disminuir en algo más de 80 euros, dependiendo de la diócesis a la que pertenezca. A ese sueldo hay que sumar obviamente que no deben pagar ni alquiler ni hipoteca. Todos los sacerdotes tienen una casa parroquial a su disposición y servicio para la comida y limpieza. Por otro lado, un obispo gana de media al mes en España unos 1.200 euros, añadiendo el coste de una casa mejor, servicio doméstico y otras prebendas.

Un arzobispo polémico y bastante bocazas, Rouco Varela, quien fuera Cardenal y Arzobispo de la Archidiócesis de Madrid, afirma que gana sólo 1.160 euros mensuales, pero disfruta de casa gratis, vehículo gratis, viajes gratis, ropa gratis y comida gratis, pagada por la Iglesia con los donativos de sus feligreses y sobre todo las subvenciones del Estado.

No quiero meterme ahora en líos trillados que me lleven de un lado a otro como el péndulo del Big Beng o el Botafumeiro de la Catedral de Santiago. Iglesia es Religión y Estado. Eso tiene miga y en todas partes cuecen habas. Echar agua en aceite hirviendo es fastidiado. Difícil juntar en un sabor menta y canela. Y casi imposible mezclar política con dinero y votos de castidad, pobreza u obediencia. Allá cada uno con su conciencia. Eso sí, desde aquí exijo que las iglesias se mantengan abiertas al menos durante unas cuantas horas seguidas, por la mañana o por la tarde, para sentarme a reflexionar cuando me dé la gana, dentro de un orden.

Exijo que los mismos que encontraron a Wally encuentren a los curas o párrocos fugados y, finalmente, agradecería un otoño tranquilo, viendo caer las hojas – les feuilles mortes -, entre colores que se van tornando tierra de siena, pardos y rojizos. Con mi guitarra, cantando baladas country – guitarra, dímelo tú – y, si no es demasiado pedir, escuchar lo menos posible hablar de Zerolo, Carceller, Soria, Clavijo, Anita Oramas, el teleférico y lo que te rondaré morena.

Una peculiar simbiosis entre pobreza y dinero

Una peculiar simbiosis entre pobreza y dinero

Dejemos de lado el refranero – piensa mal y acertarás – y hagamos como que no vemos el ático de Rouco, en la calle Bailén de Madrid, de 370 metros cuadrados, 6 habitaciones, cuatro baños, valorado en 1.700.000 euros y donde se efectuaron reformas por valor de 370.000. Total, minucias. ¿El voto de pobreza? Ahí está, ahí está la Puerta de Alcalá

La Iglesia Católica tiene las cosas claras – exceptuando el sacerdocio para las mujeres, la pederastia, el patrimonio inmobiliario y las obras de arte – de modo que defiende su territorio y arrima el ascua a su sardina. Como todo dios. Y dice lo que dice:

Los fondos de la Iglesia católica provienen de tres fuentes: un 37% de aportaciones directas de los fieles (cepillo o cuotas fijas); el 23%, de la asignación tributaria, el 21%, de otros ingresos corrientes y el 11% a través de ingresos por su patrimonio. En cuanto al destino de los recursos de las diócesis españolas, el 26% fue dedicado a acciones pastorales, otro 26% a conservación de edificios y gastos de funcionamiento, el 19% a retribuciones del clero y el 12% a pagos a personal seglar.

En concreto, en 2014, el Estado asignó a la Iglesia 250 millones de euros procedentes de las aportaciones al IRPF, con un porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia del 35%, una cifra similar a la de ejercicios anteriores. Eso significa que nueve millones de contribuyentes marcan la casilla de la Iglesia. Así, el número de contribuyentes que marcaron la casilla de la lglesia católica se situó en 7,2 millones de personas, un dato ligeramente superior al de 2013. Las aportaciones en favor de la Iglesia aumentaron, en 2014, en 14 de las 17 comunidades autónomas.

Más de 49 millones de horas se dedican a la actividad pastoral por sacerdotes, seglares y voluntarios. Servicios sacramentales y atención pastoral, catequesis y actividades formativas son las áreas principales en las que se desarrolla toda esta labor. Y es que 10 millones de personas acuden semanalmente a misa y más de 24 millones participan en romerías y fiestas religiosas. En 2014 se celebraron 240.282 bautizos, 244.252 primeras comuniones, 116.787 confirmaciones, 54.495 bodas, sin contar las confesiones y las unciones de enfermos.

La Iglesia es una institución sumamente rentable para el país. El impacto de sus actividades sobre la economía asciende al 0,5% del PIB, es decir, unos 5.000 millones de euros.

4.738.469 personas son atendidas en sus 9.000 centros sociales.

2.692 millones de euros es el ahorro que supone al Estado los 2.449 centros católicos de enseñanza concertada.

La empresa KPMG realizó recientemente un estudio, según el cual los bienes inmuebles de la Iglesia produjeron un impacto en el PIB de España de 22.620 millones y generaron 225.300 empleos totales.

Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

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