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Opinión - Junts, el bolsillo y la patria. Por Neus Tomàs
Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

El mejor alcalde, el rey...o Clavijo en su defecto

Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias. (EFE).

Jorge Batista Prats

Las Palmas de Gran Canaria —

Félix Lope de Vega

Sólo es desdicha en los reyes

comer solos, y por eso

tienen siempre alrededor

los bufones y los perros

Y se llenó el cesto de brevas, que no quiere decir otra cosa que, en estos días de Carnaval, mientras el pueblo esa cosa bebe y salta, estamos asistiendo a una tremenda cabalgata de bocazas, ignorantes, malhechores, bandidos, rufianes, facinerosos y desalmados. Unos dicen disparates. Otros los hacen. Aquellos los hicieron y los de más allá están en ello con perspectiva de futuro. Unos se sientan en los juzgados. Otros van a la cárcel y alguno a Ginebra William Chase a la espera de que se encuentre la solución para que no cruce barrotes de celda – menos ahora que las abejas son víctimas de un insecticida fatal – o pase simplemente a saludar al alcaide. La combustión de las tarjetas negras arroja fumata blanca y lleva a los mangantes al banquillo. Aunque las penas en general dan pena, penita, pena, porque si en el firmamento poder yo tuviera, esta noche negra lo mismo que un pozo, con un cuchillito de luna lunera, cortaría los hierros de tu calabozo… y nos iríamos por ahí a estallar la pasta. Otra: el trío que iban a montar Cardona, Bento y Tavío se desmonta, ocasionando casi tantas pérdidas como el Festival Teresiano de Música. Desgraciadamente, ya habían sido adquiridos en una boutique erótica de alto standing todo tipo de juguetes sexuales para eliminar a macho alfa Antona. Póntelo, pónselo. ¡Qué caros están los Durex! A Cardona se le acaba el tiempo que comenzó a perder el 27 de enero de 2016, cuando dijo que pagó en las elecciones los casos de corrupción protagonizados por Rodrigo Rato, Luis Bárcenas y los dirigentes de su partido en Valencia. Entonces, sentenció: “Que les den a todos”. Ahora ha vuelto a ponerse farruco o farruquito y deben haberle sugerido que cierre la boca o se va a la calle. Bento le ha dado chance al PSOE y es otro cadáver ambulante. A mi me recuerda aquello de La lontananza sai è come il vento. Ciao, amore. Ciao. De Soria se habló y el juez dijo, que no yo, que miente como bellaco. Luego, mentiroso es aquel a quien robaron no sé qué en la caja del chalé. Tanto, que ministros y políticos varios han reconocido que la Justicia tiene más razón que un santo y el fantoche ciertamente es el fantoche. Geniales Humphrey Bogart y Rod Steiger. Más dura será la caída. Para colmo de desdichas, parece que algún o algunos mandos policiales se han exaltado y enervado a tal extremo que en la Supercomisaría han decidido seguir la línea establecida por aquel ministro, experto en trapisondas y bombillas, de nombre Cualquiera, Corcuera o Corcuense, no recuerdo bien. Pasados los años, ahora piden a los agentes que sustituyan la patada en la puerta “por la patada en la boca cuando no os vea nadie”.

Ecos de la ultraperiferia

No hace falta leer a Pedro Cabrera – tampoco a Unamuno – para conocer que la ultraperiferia, el territorio fragmentado y la ínsula tienen cosas que ya Pepe Monagas puso de manifiesto, aunque a nivel más populista, al pronunciar aquella célebre frase: “Y nació un ser que no podía ser”. De modo que, no ha un cuarto de hora que superé el estado de shock que me produjo la genial, oportuna y oportunista última iniciativa turística del presidente Clavijo. El gran poeta y amigo Leopoldo María Panero ya me dijo una vez, sentados en la terraza del Hotel Reina Isabel contemplando Las Canteras, que “aunque yo soy un monstruo, España no es otra cosa que un inmenso manicomio”. Y tenía mucha razón. Clavijo, conocido, en muchos foros y no uno, como el alcalde-presidente de Canarias – son multitud los que piensan que el traje le queda demasiado grande -, Clavijo, aquel que en ejercicio de rústica campechanía señalara, al referirse al turismo y al estado de la planta alojativa: “No hablemos mal de la burra, que luego no la vendemos”, ese caballero, en un ataque paranoide de estadista desnortado, afirma que Canarias tiene que rentabilizar el enfrentamiento entre gringos y panchitos, derivado de la manía de Trump de seguir construyendo el muro sin consultar con Gilmour ni con Waters (¡Ojo que la valla de Ceuta va a ser controlada también con drones!).

Desconozco si, tras convocar a sus asesores o no, Clavijo agarra el paraboloide hiperbólico de Calatrava por el pico – en Canarias están prohibido los toros, aunque nada dice la ley sobre los cuernos – y anuncia una iniciativa turística tan demencial como despatarrante. El presidente de este solar discontinuo, sabedor de que, aunque los norteamericanos poseen armas en cantidades industriales, carecen de pértigas, infirió feliz al estilo mochilero que los ciudadanos USA no podrían saltar the wall, así que las maravillosas playas de las culturas maya, azteca y unas cuantas más quedarían vírgenes de nuevo, obrándose otro milagro Teresiano por obra y gracia de la Consejería de Turismo, prodigio que sería recordado por generaciones y generaciones de canarios en paro y colas sanitarias: los norteamericanos llegarían en masa. Un triunfo más que sumar a los conseguidos en 30 años de gobierno de CC. La oferta era muy clara: sol, playa y, aprovechando que el Guiniguada pasa por Vegueta, darles en los morros con el Festival de nuestras síncopadas negras (con perdón), corcheas y semifusas allegro prestissimo con fuoco, una vez decidida esa novedosa hibridación de “lo conservador y lo innovador”. Añadiendo, eso sí, música country y cambiando Tropical y Dorada por Budweiser. Con una sola consejería mataba dos pájaros de un tiro, ya que, aunque en sentido figurado, no podía liquidar a la consejera por servidumbres partidarias conejeras. Dónde está nuestro error sin solución, fuiste tú el culpable o lo fui yo. Ni tu ni nadie, nadie, puede cambiarme. Mil campanas suenan en mi corazón, que difícil es pedir perdón, ni tu ni nadie, nadie puede cambiarme. No obstante, tras el fracaso de la XXXIII edición, purga la ha habido: de la Comisión Asesora ha salido todo el mundo andante, excepto Rosario Álvarez y Jerónimo Saavedra, y han entrado siete representantes de los cabildos insulares que en la vida de las vidas amén han asistido al Festival y la Asociación de Compositores e Intérpretes de Tenerife, supongo que con un representante.

Es tan gris, tediosa, previsible y repetitiva la política canaria que, si rebaso los dos folios hablando de cabezas intelectualmente jibarizadas, enseguida quedo preso de ese paisaje machadiano de olmos y páramos de la vieja Castilla, preso de un pesimismo amisantropado que semeja la desesperanza asomada a la ventana hacia dentro del mundo. Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote gris, labios de hastío, y una triste expresión, que no es tristeza, sino algo más y menos: el vacío del mundo en la oquedad de su cabeza. Así veía Antonio esas coyunturas y Antonio también, mi padre, siempre me decía que “sólo se aburren los tontos”. Huyo pues de la tontería. Lo de la Consejería de la Felicidad es tan pueril y ridículo que siento vergüenza ajena. Así que no digo nada.

“Si no entras... no lo fuerces”

Cuando era pequeño, aprecié un día en el hablar de los mayores que dos profesiones cargaban en Hispania con el monopolio de lo bobo. El bombero y el peón caminero. Antonio Batista me dijo mil veces “tienes cosas de bombero retirado” o “cosas de peón caminero retirado”. El retiro era entonces un agravante para la estupidez, mucho antes de que la cosa se pusiera tan jodida con las pensiones. Ahora, que acaban de descubrir un sistema solar con muchas tierras potenciales, las cosas han cambiado. El peón caminero ha desaparecido como tal y el bombero ha experimentado un avance social de primer orden. El duro entrenamiento físico a que son sometidos los hombres del Cuerpo ha conseguido del cuerpo de los hombres un desarrollo tal que las hembras caen hechizadas por esas marcadas musculaturas. El bombero, además, ha subido por la escalera al Olimpo de los héroes, al no estar politizado como las Fuerzas de Seguridad – Gramsci: “La Policía es el órgano represor de la clase dominante” – y prestar un servicio fundamental a la sociedad civil. De tal forma y manera que, aparte de apagar fuegos e intervenciones varias, la profesión tiene salidas como el posado para calendarios o revistas e incluso la actuación erotánguica – de tanga no de tango – y casi tántrica pero no, en las despedidas de soltera.

No todo iba a ser rutina, sin embargo. No sé si como penitencia por el Brexit o en castigo por conducir por la izquierda, lo cierto es que los bomberos de la Gran Bretaña sufren un estrés laboral que raya en lo insoportable. Las llamadas de emergencia se han multiplicado por mil o más desde que se publicara 50 sombras de Grey. Ese ha sido el detonante y, a estas alturas, los profesionales viven desbordados por accidentes sexuales en los que juegan un papel determinante esposas, tostadoras (?), botellas, aspiradoras y, sobre todo, anillos sexuales. Se veía venir, pero no de esta manera: los bomberos británicos – sobre España no hay datos – deben luchar no sólo contra el fuego sino también contra el furor uterino (alteración mental que lleva a la mujer a no sentir orgasmos ni ningún tipo de sensación que la satisfaga en el ámbito sexual. Esa situación la empuja sin embargo a la búsqueda constante de placer). El caliente escenario se ha vuelto tan grave y costoso para las arcas públicas, que los bomberos han lanzado una campaña publicitaria de concienciación denominada 50 Shades of Red, con un eslogan bastante explícito: “Si no entra, no lo fuerces”.

No creo que vaya a llegar la sangre al río, pero me temo que, como se reúna el Gobierno canario de cara a diversificar la economía, incluirá de inmediato el incremento de las exportaciones hortofrutícolas al Reino Unido. Sobre todo, las de plátanos, pepinos y zanahorias. Tal vez, si se actúa con celeridad, se pueda disminuir el impacto negativo que tienen sobre la economía archipielágica las exportaciones de banana a nuestros mercados tradicionales. La banana es más grande y el plátano más pequeño pero más sabroso. Es seguro que los bomberos británicos recomendarían tener en casa la fruta canaria. Les originaría menos problemas. Al menos sobre el papel. No sé si sobre la cama.

Decía Mario Benedetti que “un hombre sin su sombra pierde el respeto de la buena gente”. Por ello, este tal Grey, con 50 umbrías a sus espaldas, se ha vuelto un hombre muy respetado por mujeres, hembras y hombras en edad de merecer e incluso mucho más allá. De todas maneras, el fenómeno, aparte de poner de manifiesto las miserias de una sociedad destrozada, no va más allá, a mi juicio, que a la acumulación de euros de la industria editorial oportunista que, generalmente, se basa en el escándalo y no en la calidad literaria. Yo, que siempre voy con mi sombra a todos sitios y uso sombreros para ayudarla en sus desavenencias con Helios, la mejor crítica literaria que he visto sobre las movidas del pieza Grey, es la atribuida a Julio Iglesias: “Grey, en tres libros sólo te follas a una. Eres un mierda. ¡Y lo sabes!”.

Particularmente, durante toda mi vida me interesó la sombra de la higuera. Como tantas veces, fue mi padre el que influyó en ello. Antonio nació en Moya y a esa bonita villa subíamos regularmente a ver a mis abuelos que vivían en el campo casi asomados al gran barranco de Azuaje. En sus tierras había muchas higueras y, después de correr entre los cientos de gramíneas de millo o dar unos cuantos pelotazos a las plataneras, casi siempre me tumbaba a descansar bajo la sombra de la mayor higuera. Y entonces llegaba Antonio y me decía: “No te duermas. Es muy malo para los pulmones dormirse a la sombra de una higuera”. Luego, crecí y mi padre se marchó hasta que volvamos a vernos. Con mucha frecuencia, leía los libros sagrados de las diversas religiones y también mucha mitología griega. Así que un día descubrí que en el Valle del Jordán se habían encontrado restos fósiles de higueras que estuvieron vivas alrededor de 12.000 años antes de Cristo y que, según señala la Biblia cuando se refiere a la creación del hombre, la higuera fue el primer árbol que Dios colocó para darles un paraíso a Adán y Eva. También leí en una ocasión que el escritor y naturalista Cayo Plinio Segundo, llamado Plinio El Viejo consideraba que la higuera era un árbol sagrado en estrecha relación con la vida, el erotismo y la fertilidad. Según escribió, Rómulo y Remo fueron amamantados bajo una higuera por la Loba del Capitolio. Según otros autores, en el transcurso de las fiestas en honor de Baco, los guerreros portaban un falo tallado en tronco de higuera y las jóvenes se adornaban con higos cortados en forma longitudinal, siguiendo el estilo de los antiguos grabados que presentan a la diosa Demeter, diosa madre o diosa de la agricultura, con un higo cortado por la mitad. El hecho de que el higo abierto se asemeje al sexo de la mujer, hizo también que en algunas culturas se llamara higo a la vulva. En Canarias, por ejemplo. Curiosamente, en la filosofía budista se sostiene que a Buda le vino la idea de crear el Budismo cuando se encontraba meditando bajo nuestro árbol y, cuando Cleopatra decidió suicidarse, pidió a sus sirvientes que le llevaran un áspid en una cesta de mimbre llena de higos. Por otra parte, cuando Adán y Eva comieron de la fruta del árbol prohibido, el de la Ciencia del Bien y del Mal, quedaron desnudos de inmediato. Y, al conocer el pudor, taparon de inmediato sus partes íntimas con hojas de higuera.

Si la loba amamantó a Rómulo y Remo a la sombra de una higuera, Juan José Cardona, el aspirante a dirigir el PP de Canarias que logró menos avales y finalmente optó por la castidad en vez del trío con Bento y Tavío, eligió estar siempre a la sombra de Soria, sombra que in illo tempore era alargada como la del ciprés. Jamás tuvo Cardona reparo alguno en mostrar su desmesurada admiración hacia el que consideraba un mesías salvador. Sin embargo, para el alcalde simplemente era un machango que manejaba a placer. Y sé lo que me digo… y lo que me dijo.

Había pleno aquel día y, como todos, se celebraba en la Casas Consistoriales. A la derecha de Soria había tres sillas alineadas que ocupábamos Margarita Pérez, Jefa de Protocolo; Pedro Quevedo, Jefe de Gabinete; y quien escribe, Jefe del Gabinete de Comunicación. Estábamos ahí por si en el transcurso de la reunión del gobierno municipal el alcalde necesitaba datos, asesoramiento, documentos … Es imposible que recuerde ahora los temas que se trataron en aquella ocasión, pero todo se desarrollo con la normalidad que impone tener una sólida mayoría absoluta.

Al terminar la sesión, todos bajamos las escaleras, con las típicas paradas para comentar alguna cosa. Estábamos aún dentro del edificio, cuando el alcalde advirtió que se había dejado arriba la cartera. Así que se dirigió a su Jefe de Gabinete y le dijo : “Pedro, bájame la cartera, que me la he olvidado”. Pero Pedro no subió a por ella. Se distanció un poco de Soria, cogió su móvil y marcó el número del chófer del coche oficial: “Dice el señor alcalde que vaya usted a recoger su cartera de documentos, que se ha quedado en el salón de plenos”. Y así sucedió. Subió el conductor, bajó con el artilugio y se lo entregó al primer edil. Y aquí paz y en el cielo gloria … de momento. El lunes, toma Juan José Cardona la iniciativa y se dirige al despacho del Jefe de Gabinete para decirle que tenía que haber subido a buscar el maletín de D. José Manuel Soria. Pedro le contestó que su trabajo era otro, no llevar los maletines a nadie. Entonces, Cardona, visiblemente alterado le espetó: “¿Cómo que no? Yo, cuando comencé a trabajar en un bufete, le llevaba la toga al abogado. Tú tienes que hacer lo que diga el alcalde. Y no sólo llevarle la cartera sino también servirle un café si te lo pide”. No, no se liaron a hostias finalmente. 

Epílogo

Si el presidente llamado alcalde y Clavijo y su consejera de Turismo, María Teresa Lorenzo, logran que se les aparezca la Virgen – en su ausencia, la Drag Sethlas – y vienen los norteamericanos a ejercer asueto con reminiscencias mariachis, que no olviden por favor decirles que traigan unas cuantas botellas de vino Peter Michael Cabernet Sauvignon Oakville Au Paradis 2012, Quilceda Creek Cabernet Sauvignon Columbia Valley 2012 y Evening Land Pinot Noir Eola-Amity Hills Seven Springs Vineyard La Source 2012. Con Trump o sin Donald, están a la cabeza de los mejores caldos del planeta.

 

Sobre este blog

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia,  Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.

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