Algo habrá pasado en los Centros Turísticos del Cabildo de Lanzarote en 2004 como para que la juez titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Arrecife haya dado prácticamente por buenas las denuncias del sindicalista Andrés Barreto, que ha quedado absuelto tras una demanda por intromisión ilegítima en el honor interpuesta por el Cabildo conejero y por la empresa Centros de Arte, Cultura y Turismo S.A. Barreto había dicho, en una entervista publicada por la revista Lancelot, que en esos centros había habido reventa de entradas y que habían aparecido misteriosas bolsas con dinero de desconocida procedencia. O sea, negro. Barreto, portavoz de Intersindical Canaria, también denunció la inexistencia de contabilidad en los últimos cuatro años y la desaparición de 3.000 millones de pesetas. Casi nada. Pero lo más llamativo de la sentencia, además de no hacer mención a las costas (Barreto lleva gastados 12.000 euros) es que se dice que las afirmaciones del denunciado están “suficientemente contrastadas” y que no se trata de “simples rumores o insinuaciones”. Alguien debería hacer algo, ¿no?