Otra cosa no tendrá, pero José Manuel Soria protege a los suyos contra las inclemencias del tiempo y contra los desaires que pudieran producirse en medio de tanta marejada política (con áreas de fuerte marejada) que continuamente atraviesa el paralelo 28. Uno de los suyos, uno de los más leales -de momento- seguidores de la vía soriana es Francisco Hernández Vulcan, que ha abrazado esa nueva creencia tras pasar por el hábito socialista y, a continuación, por las cercanías más estrechas de José Miguel Bravo de Laguna. Hernández Vulcan sufrió -valga la redundancia- dos revolcones parlamentarios en el intento del PP por hacerlo consejero del ente púlico Radiotelevisión canaria, y como había que restituirle el honor, Soria lo nombró el pasado sábado vocal de libre designación (suya de él) del comité ejecutivo pepero. Recordamos, para los que se incorporen ahora a nuestra sintonía, que ese mismo sábado se decidió anunciar al mundo que si Soria gana, cierra la Televisión Canaria y olé. ¿Que ya está dicho y requetedicho? Es verdad, pero es que suena tan fuerte (“Soria cerrará la tele canaria si gana”, ñió), que nos pone mucho repetirlo.