Lejos han quedado aquellos tiempos de Jesús Gómez, cuando se consiguió equilibrar las cuentas del Cabildo de Gran Canaria hasta el tan indeseable punto de que sobrara dinero y se quedaran sin atender necesidades primordiales de los habitantes de la isla. Pero, al menos, los proveedores cobraban en tiempo y forma, fenómeno que se vino repitiendo para general regocijo durante la etapa de María Eugenia Márquez, del PP. Pero llegó José Manuel Soria, ese dechado de magnífica gestión con el que entusiasmó a muchos, y la situación se está convirtiendo para algunas empresas en insostenible porque los retrasos en los pagos están a la orden del día. Liquidez hay, y dicen los afectados que el tapón se sitúa en Intervención, sin que a ciencia cierta pueda determinarse si responde el tal tapón a directrices políticas (guarden para cuando no haya) o al tembleque que ha entrado a los funcionarios al comprobar lo que ocurre en organismos en el ojo del huracán.