Como todos saben, el sello de ATI lo invade todo en el Gobierno. En menos de un año de gestión, los insularistas tinerfeños han ido desmantelando empresas públicas, entidades y centros directivos para irlos trasladando a Tenerife en diferentes etapas. Cuando no de un brinco. Les ha pasado a Saturno y Hecansa, dependientes de la Consejería de Turismo, donde manda sin recato Pilar Parejo. Y le ha pasado a Socaem, la Sociedad de las Artes Escénicas y de la Música, a la que ha metido mano Dulce Xerach, viceconsejera de Cultura (¡vaya con las viceconsejeras!) con las mismas excusas -o razones, quién sabe- que las esgrimidas por Turismo: reestructurar, remodelar, hacer más eficiente, rentabilizar y vestir de azul y blanco lo que no estaba controlado por ATI.