Recordarán ustedes que la denuncia de la trama eólica partió de un particular, Alberto Santana, que presentó copia de unos correos electrónicos recibidos en su empresa con información del concurso eólico. El remitente era Celso Perdomo, entonces director general de Industria, que indicaba a sus destinatarios cómo actuar, especialmente con los Ayuntamientos del PP que quisieran acogerse a la asignación de potencia eólica, objeto del concurso. Y saben también todos ustedes que en los correos ha trabajado mucho la Policía, sobre todo para detectar a quién se enviaron y con qué información. Pues bien, falta por incorporar al sumario la parte referida a determinados correos que salían del despacho de Celso Perdomo, pero que llevaban en la casilla de CCO (con copia oculta a) el nombre de algún otro alto cargo del departamento. Y no era del PSOE, por mucho que se empeñen.