Se fue el mencionado Francisco Cabrera a la Fiscalía Anticorrupción a cuenta del chiringuito, como él le llama, que quería quedarse con los mejores parques eólicos en el dominio público de los muelles de Arnáiz (el de los tres Telecanarias). El chiringuito lo es, a su entender, porque tiene un capital social de 3.000 euros, aunque haya gente fuerte y pretenda un negocio de más de 12 millones/año. El Fiscal tendrá ronchones cuando compruebe quién es el titular del chiringuito, Javier Esquivel, que fue el huésped de Soria este verano en Pasito Blanco y que, además, es el dueño de la casa que habita su Excelencia en Santa Brígida. Otro sonado huésped es abogado en Madrid, el señor Briganty, ¿es la misma persona en cuya casa Larry Álvarez, bacinillero de Soria -en afortunada expresión del Maestro Alemán-, vivió parte de su estancia estudiantil en esa ciudad? Alucinará el fiscal.