Sigue dando de qué hablar el cónclave empresarial de Navidad que sirvió para escenificar, como les contamos este viernes, el regreso de los hijos del Foro a través de la puerta que da a la piscina. Pero regreso al fin y al cabo. Los comentarios se multiplicaron de manera espectacular durante la jornada del viernes, con interpretaciones y lecturas para todos los gustos. Aiva, que ofreció su convite de Navidad a los directores de medios, hizo sus comentarios socarrones sin carga de mala fe alguna, sin aprovecharse de la situación, y con un claro dominio de la escena, cual consagrado actor que sabe que hasta que no termine su frase no caerá el telón. Óliver Alonso, que ha mamado de la escuela de la paciencia y del verlos llegar para el pie, se limitó a recordar que Aiva quiere estar en la Confederación y hacer valer sus posibles. Aclarando de paso, eso sí, que sin la CCE también son capaces de moverse por esos mundos de Dios, plantarse en Bruselas para defender lo que nadie hace por ellos y explicar a quien quiera oírles la importancia del sector. Hay fecha para el ingreso de Aiva en la Confederación, o al menos hay una fecha límite que habrá de coincidir con la siguiente luna llena al momento culminante en que el sector del comercio llame a sus súbditos a comprar un regalito de enamorados. Tony Rivero tiene fama de cumplir con sus compromisos, sobre todo cuando no está atado de pies y manos.