Lo pudo haber hecho en el momento más delicado de la crisis vivida en el movimiento empresarial grancanario, pero ha preferido esperar que las aguas volvieran a su cauce para aceptar la oferta que le ha hecho la federación de empresarios del puerto. Nos referimos a José Cristóbal García, Pipo, aún secretario general de la Confederación Canaria de Empresarios, y profesional de acreditado prestigio que ha servido con el mismo grado de lealtad y entrega a los presidentes de la patronal con los que ha trabajado. Ahora cambia de aires y se traslada a la zona portuaria de la ciudad a convertirse en el hombre fuerte -técnico, pero fuerte- de las asociaciones empresariales que operan en el recinto. Por lo tanto, no abandonará del todo la confederación, en la que se sentará a partir de ahora como representante de ese sector que recupera cada día mayor peso específico dentro de la economía canaria. Buen fichaje el de los empresarios portuarios y buena papeleta para Antonio Rivero, presidente de la CCE, que tiene complicada la sustitución.