Se armó la marimorena en el pleno del Cabildo de Gran Canaria, celebrado este jueves justo a la misma hora en que en el Parlamento Soria resultaba derrotado en su nuevo pulso a su socio de Gobierno. Y se armó porque la tensión que acumulan unos y otros empieza a hacerse insoportable. La quiebra de Coalición Canaria y el acuerdo interno de repartirse los turnos de intervenciones entre las dos facciones en liza, provocó el primer incidente grave. Sary Chesa tenía que defender una moción sobre el gas escrita y ensolerada en la factoría de Mauricio, y Carmelo Ramírez le dijo que la iba a destrozar, parece que el argumento. Pero Larry, que es un auténtico sabueso, escuchó la frase y saltó como un reguilete: que si aquello era un atentado a la libertad de expresión, que retirara ese tipo de amenazas, que se incluyeran en acta. En fin. Y a todas éstas no dejaron que Carmelo Ramírez se explicara porque no lo vemos tan malvado como para levantarle la mano a nadie.