Decía el otro día Guillermo Reyes en CANARIAS AHORA RADIO que él no tiene nada, que entró en la política con lo puesto y con lo puesto pretende marcharse. El gran inquisidor de la corrupción teldense, el que consiguió un gran éxito electoral en 2003 gracias a sus continuas denuncias de los supuestos atropellos del grupo de gobierno que encabezaba Paco Santiago, se muestra muy seguro cuando se le pregunta por corrupción o por su patrimonio personal. Si nos remontamos a 1999, efectivamente, nos encontramos con un Guillermo Reyes pobre de solemnidad, un sin techo, sin coche, sin ropa, sin un triste mendrugo de pan que echarse a la boca. Así se refleja en la Declaración del Registro de Intereses, incompatibilidades y bienes patrimoniales que el Ayuntamiento de Telde hizo cumplimentar a sus concejales. Entonces, Reyes entraba por la puerta de la oposición.