No paramos de descubrir extraordinarios fenómenos en toda la documentación que anda revoloteando por despachos y comisarías en relación con el Muy Ilustre Ayuntamiento de Telde. Estos días les hemos acercado el modo de proceder que tiene el concejal de Urbanismo, Guillermo Reyes, empeñado todo él en desacraditar al anterior equipo de gobierno al precio que sea. Incluso les hemos demostrado cómo se ha falseado documentación oficial para validar querellas ante los tribunales. Hoy les acercamos el caso de un infeliz funcionario municipal que un aciago día de 2002, siendo todavía alcalde Aureliano Francisco Santiago Castellano, tuvo la desgraciada idea de quedarse con unos miles de euros de la caja municipal dedicada a los menesteres de alumbrado para poder hacer frente a problemas muy personales. Reyes se enteró, y ahora les decimos cómo administró el caso.