Un señor muy amable, sin uniformidad y sin que se sepa exactamente a quién representa y quién le paga, sigue controlando el acceso al aparcamiento público del Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria. Ha sido privatizado, como ya se imaginarán, una vez quedó abierto al público el centro comercial Sotavento. Si vas a aparcar allí, el buen señor te manda parar y te pregunta a dónde vas (¡y a usted qué le importa!; es que si no va al centro comercial aquí no puede aparcar; es que voy a la Cruz Roja a donar sangre; pues entonces tiene que aparcar en otro lado; ah, pues vale). Lo habíamos dicho aquí y lo hemos vuelto a comprobar: Arnáiz continúa con la entrega de todas las joyas de la corona a quien le place. Y ya sabemos a quién place él.