Manuel Fernández, efectivamente, fue director general del grupo Anfi del Mar durante los primeros meses de 2005, el famoso año del viaje del salmón y de la aprobación del interés general de la urbanización por parte del Cabildo grancanario. Sustituyó en el puesto al dimitido Arturo Ramírez, un ejecutivo incorporado al grupo de la mano de Santiago Santana Cazorla en el momento en que el empresario tirajanero se hizo con el 50% de la empresa de Björ Lyng. Aquellos primeros meses de 2005 fueron de un frenético trabajo en la empresa porque había que ultimar el proyecto a presentar en mayo ante el Cabildo. Era una cuestión vital porque Anfi no atravesaba por sus mejores momentos y era necesario conseguir revalorizar urbanizaciones como la de Tauro. Las 3.600 camas solicitadas iban a sumarse a las que ya estaban autorizadas, de modo que las negociaciones con cadenas como Starwood prosperaran satisfactoriamente, cosa que no ocurrió. Anfi llegó a crear un comité para el seguimiento del expediente de interés general, órgano del que formaba parte Manuel Fernández.