Hay que ver cómo es la feria según quien la cuenta. El secretario general del PP canario, Manuel Fernández, sacó este miércoles de su chistera un anatómico fonil que colocó en su boca por el lado más ancho para, a través de él, exponer su particular teoría de la dimisión. A su juicio, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, debe dimitir por haber coincidido en una cacería con el juez Garzón, pero él mismo no, y éstas son sus razones literales: “Yo no me considero, en ningún caso, que yo haya hecho algo malo contra la sociedad ni contra nada de lo que yo represento. Los políticos no pueden dimitir por simples denuncias de terceros porque entonces, digamos, que nos quedaríamos sin políticos a la vuelta de un par de años”. Lo dijo en la Cadena Ser sin retirar de su boca en ningún momento el lado ancho del fonil, y sin antes declarar que está “totalmente seguro” de que a él y a su jefe, José Manuel Soria, no los van a condenar en el caso salmón. Fonil y bola de cristal, vaya una chistera.