Como era de prever, este lunes se armó la marimorena en los aparcamientos del hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, que estrenaban sistema de pago con cierto retraso. Caos dentro y caos en los alrededores, con calles como la avenida Juan Carlos I atestadas de coches aparcados como se podía. En el complejo, trabajadores que llegaban media hora tarde, colas, cabreos... Y sobre todo, total ausencia de alternativas y excepcionalidades, por ejemplo, para los pacientes y familiares de pacientes. Un lector que tiene que llevar cada día a su esposa a un tratamiento por una grave enfermedad se subía por las paredes: corre él con el transporte para evitar pedir una ambulancia; tiene que pagar el aparcamiento durante toda la jornada que dura el tratamiento y nadie le ofrece una solución coherente. “La verdad, sólo faltaba que en el anverso del ticket de aparcamiento pusiera no vote a CC”, decía entre consternado y cabreado.