En la esquina de Tribuna con Naciente, el Viena ha visto pasar la historia del fútbol isleño desde los años cincuenta. En su época dorada, llegó a ejercer de auténtica sala de prensa, donde periodistas y futbolistas de los años sesenta quedaban para las entrevistas con un cortadito de por medio. Con el cierre del Viena, la cuenta atrás para el derribo del Insular ya ha comenzado, aunque queden todavía abiertos algunos locales comerciales, pendientes de su indemnización por parte del Cabildo. Por cierto, Luzardo también visitó este martes los terrenos de Barranco Seco, donde el Ayuntamiento se va a mojar financiando las obras de remodelación, que costarán 750.000 euros. En tan lamentable estado está Barranco Seco que la alcaldesa, previsora ella, viendo la polvareda que había, se dio media vuelta, se metió en su coche y se cambió sus zapatos de marca por otros de faena. De marca también, pero de más trote, vamos.