Hasta hace muy poquito tiempo había una mayoría del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas que apoyaba firme y ciagamente la operación de La Gran Marina. Era una mayoría que criticaba al Colegio de Arquitectos, a Bruselas, a Fomento y a los hippies discrepantes. Hacían los coros a esas voces tan autorizadas el Gobierno canario y la mayoría de los grandes medios de comunicación, además de asociaciones y entidades de gran raigambre social. El tiempo pasa, y además de volvernos viejos, arroja luz donde hay oscuridad, o debe ser. Mauricio, desde el Gobierno, y el PSOE, que ya manda, han dado un vuelco radical a la situación para hacer valer la legalidad y respetar las indicaciones de Madrid y de Bruselas. Así que, si todo sale como marca el guión, este jueves veremos una mayoría distinta, la que suspende La Gran Marina y, a continuación, la que convoca un concurso legal para todo el frente marítimo de Las Palmas de Gran Canaria. Hay que alegrarse, aunque hasta hace pocas semanas todo estuviera tan oscuro.