Todavía no se ha secado la tinta del cuño de entrada de la segunda moción de censura presentada por los apoteósicos de la corrupción en el Cabildo de Lanzarote (hay que ser tronco para no saber hacer ni eso a la primera), y ya se ha producido la primera reacción judicial: el juez de lo mercantil Tomás Martín ha decidido dejar sin atribuciones al consejo de administración de la empresa pública Inalsa, propiedad de la Corporación insular conejera. La inestabilidad política que se intuye en esa institución ha llevado al magistrado a atender la sugerencia de los administradores concursales de la compañía encargada del ciclo integral del agua (y los vientos) de la isla, y ha alejado de Inalsa a cualquiera que huela a cargo político. Felicitamos a los censurantes por este primer éxito. La fama les precede.