No le ha consolado la Medalla de Oro de Canarias, recientemente concedida por el Gobierno para premiar su trayectoria. Al director de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, Víctor Pablo Pérez, nada parece convencerle para quedarse en las Islas un minuto más. Este leonés de 55 años ha decidido poner océano por medio, cansado de algunas incomprensiones, por definir de modo suave el mal trato que él siente le han otorgado instituciones como el Cabildo de Tenerife, los directivos del auditorio de esa isla o la asociación tinerfeña de amigos de la ópera. Los esfuerzos de algunos dirigentes políticos por convencerle no parecen haber dado sus frutos, por lo que es más que probable que perdamos a una de las figuras más admiradas de la música por estos lares.