No las tienen todas consigo en el equipillo que se pretende perpetuar. De lo contrario, ni el editor habría desplegado su acreditada inventiva informativa, ni habría llamado desesperado a Juan Fernando López Aguilar, ni sus mariachis habrían dedicado tanto tiempo como el que dedicaron el viernes a mover papeles de aquí para allá en la planta noble de Triana, 20, abriendo y cerrando la caja fuerte como posesos, destruyendo algunos documentos, encarpetando otros... Ni habría aceptado un candidato como el que ha aceptado, con antecedentes cercanos al que un día lo colocó en un juzgado de instrucción, ni se atrevería a mezclar a Soria con Román y volver a creer en Carmelo Ramírez, y salvarlos a todos de momento... Los impositores de Nueva Canarias mezclados en la misma lista con los del PP; Román presionando para sentarse en el consejo de La Caja, y Juan Francisco García manejando desde el extrarradio. Qué mal les viene la decencia a algunos.