Quizás sean necesarias unas claves -desconocidas por los no residentes en Fuerteventura- para entender el alcance del disparate que denuncia Guillermo Concepción. Porque si ya suena a mascarada esa ruptura forzada cuando se aproxima el periodo electoral, mucho peor suena que el PP pretenda ahora hacer presidente del Cabildo nada menos que al socialista Blas Acosta, uno de los dos socios del pacto de la avioneta, consistente en el reparto de la Maxorata entre el PSOE (Sur) y el PP (el norte) cuando el marqués de las dunas todavía era fiel a las siglas de la gaviota rampante. No sumaron porque CC estuvo a un consejero de la mayoría absoluta, déficit que piensa cubrir hasta el final del mandato el díscolo Guillermo Concepción, que anuncia que no va a ceder a las presiones de su histriónica presidenta insular, y mucho menos a dimitir como hizo la socialista Pilar Rodríguez, que se marchó harta de su Blas Acosta del alma. Cosa distinta es que Concepción acabe abandonando el PP, lo más probable, bien por decisión propia o bien por sabias razones personales inducidas. Ya le han salido algunos novios, como nuestro admirado Román Rodríguez, que lo recicla todo, como es sabido. De momento quédense con el dato de que Guillermo Concepción asumirá la presidencia del Cabildo el día 7 por vacaciones de Mario Cabrera (CC) y hasta mayo seguirá apoyando a los nacionalistas se ponga como se ponga (la pamela y los tacones), doña Águeda Montelongo.