Le quedó muy mono al Cabildo de Gran Canaria ese simulacro de desalojo llevado a cabo el pasado jueves, cuando convocó y casi celebró pleno de la Corporación en el Auditorio Alfredo Kraus ante la amenaza de ruina que se cierne sobre la Casa Palacio como consecuencia de las obras de ampliación del recinto. El pleno, como saben, se suspendió tras conocerse la desgracia ocurrida en la calle Pancho Guerra por el desplome de un muro de contención. Hechas las oportunas averiguaciones, estamos en disposición de asegurarles a ustedes que el frustrado pleno, más que un simulacro de desalojo fue un auténtico paripé porque las fuerzas vivas cabildicias retornaron tan ricamente a sus despachos de esta Casa Palacio es una ruina una vez se confirmó la suspensión del evento, dicho sea en maiamés. O sea, que el edificio sigue sin desalojarse, o la cosa va al golpito. Parece que el miércoles llevarán de paseo a los grupos políticos de la Corporación a visitar un local perteneciente a la que fuera Clínica Cajal, en la confluencia de las calles Senador Castillo Olivares y Cebrián. A Larry Álvarez le vendrá mucho mejor porque le coge más cerca de casa.