Constituyó todo un acontecimiento periodístico que el vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria, acudiera este miércoles a declarar en calidad de imputado a la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la que conoce de los procedimientos que afectan a personas aforadas de la Comunidad Autónoma. Valía la pena estar allí y comprobar el estado de tranquilidad con el que se constituyó en el viejo Palacio de Justicia y la desorientación que le embargó tras dos horas de declaración ante la magistrada Margarita Varona y el fiscal Anticorrupción de Canarias, Luis del Río. Soria contestó a numerosas preguntas y pareció quedar satisfecho por los documentos aportados: extractos bancarios de tarjetas de crédito que, teóricamente, acreditan que tuvo algunos gastos en su viaje a Austria y a Noruega en agosto de 2005 en compañía de su esposa y del matrimonio Lyng.