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¡Ay Perestelo, Perestelo ?!

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“¡Qué inmenso te levantas, ignorando el fracaso, para encontrar tus huellas de triunfo en la derrota!”. Aplicar al político palmero estos versos de Carmelo Duarte dedicados a Don Quijote, nos sirven para retratar el momento “estelar” del diputado palmero que, junto a Rosa Pulido, se abstuvo al votar el pasado miércoles en el Parlamento de Canarias la enmienda a la totalidad que presentó el grupo Mixto al proyecto de ley de presupuestos: “Un toque de atención ?según dijo ? para que se corrijan los déficits con La Palma”. José Luís Perestelo, consciente de lo que hacía rompió la disciplina de voto de Coalición Canaria y tuvo que apresurarse a acallar rumores: “En absoluto se debe a un acercamiento a Nueva Canarias (NC)” No se trata, por tanto, de “un guiño” para un futuro desembarco en la formación nacionalista que lidera Román Rodríguez.

Nos sigue pareciendo extraño que, en medio del cataclismo económico y social que vive la Isla, algunos políticos tengan que moverse respirando una atmósfera amenazante y hostil por continuos vericuetos, senderos de saltos y derrumbes, bajo el hacha de las órdenes y los informes secretos. Pensamos que el Secretario de Organización de Coalición Canaria en La Palma, Marcos Lorenzo, se precipita al señalar que el diputado regional “no estaba mandatado” por CC en la Isla para dar ningún “toque de atención” al Gobierno autónomo.

¿Por qué será que casi siempre la ignorancia se ríe de la gloria? Parece que, desde el pasado Congreso Insular de Coalición Canaria, exista en el seno de sus dirigentes una regla no escrita para negar el pan y la sal a José Luis Perestelo, para contrarrestar su prestigio a nivel insular y regional, y para evitar cualquier momento de notoriedad del ex presidente del Cabido y ex diputado nacional. De ahí la frase: “No estaba mandatado”. Antiguamente, tal vez porque no existían los partidos, los filósofos resumían los principios democráticos, más o menos así: “Sólo, si en el pueblo que me vota (es decir, que me mandata) pienso, podré creer en lo que hago y digo”. ¿Es que un diputado de La Palma no está “mandatado” para protestar, si estaba “avalado” por las palabras de la todavía presidenta del Cabildo y secretaria general insular de su partido, Guadalupe González Taño, quién dijo que “al igual que hiciera con los Presupuestos Generales del Estado (PGE), presentaría una moción ”solicitando“ que se incluyan en el documento económico para 2014 de la Comunidad Autónoma de Canarias ”partidas específicas para empleo, conectividad aérea, carreteras, incremento del Programa de Ayudas Específicas por Lejanía e Insularidad, agricultura, infraestructuras turísticas e infraestructuras socio-sanitarias“? Al parecer hasta la conciencia de ”identidad“ de API (ser palmero antes que nada), está enmohecida. La agrupación que fue talismán de sueños y de promesas, se ha convertido en un jarrón antiguo, cuyo valor se le supone, pero que ya no tiene la utilidad funcional de cuando fue florero y lucía en casi todas las habitaciones de la Isla. Ahora, cuando alguien lleva a esa casa una alforja de esperanzas y pretende girar la llave y abrir la puerta con la pretensión de despertar aquel sueño, no falta quien, desde dentro, le de un portazo para acallar las dudas sobre sus verdaderos dueños.

La “salida” o lo que algunos consideran indisciplina política de Perestelo y de Rosa Pulido en el Parlamento ha sido un “síntoma” de coherencia con sus sentimientos palmeros. Por eso, en la calle no entienden que algunos “aprendices de políticos” enturbien la figura de aquél que presidió durante bastantes años (dos mandatos con mayoría absoluta) la primera Institución de la Isla. Tan sólo por eso, al menos dentro de su formación política, debiera ser merecedor de todos los respetos. Por si le sirvieran de alivio terminaré, como empecé, con unos versos de Carmelo Duarte: “Ahora que estoy solo, oigo mi voz de adentro, la más clara, más firme y más amarga. Voz humilde como la voz del pueblo al expresar su dolor, su fe y su hambre. Esa es la voz que siento. La voz cautiva que, una vez más, ha roto el corazón del miedo”.

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