El buen juego por bandera
La Selección española, que este domingo se coronó campeona del Mundial de Suráfrica ante Holanda, ha logrado el mayor éxito de su historia haciendo gala del buen juego que ya le llevó a conquistar la Eurocopa hace dos años.
Así, con una generación de jugadores casi irrepetible, el combinado nacional llegaba a esta Copa del Mundo con la confianza de que esta vez sí se podía hacer algo grande y enterrar, de una vez por todas, todos los fantasmas que acompañaban a La Furia cada cuatro años.
A pesar de ello, el comienzo no pudo ser más desilusionante para los españoles. Los hombres de Del Bosque debutaron en la competición con una derrota ante Suiza (0-1). El gol de Fernandes le valió a los helvéticos para llevarse los tres puntos, a pesar del acoso de los españoles sobre la meta de Benaglio. La Roja comenzaba su andadura con una inesperada derrota.
En el segundo encuentro, ante Honduras, La Furia necesitaba imperiosamente conseguir los tres puntos para mantener vivas sus posibilidades de acceder a la siguiente fase. Con ese objetivo, Vicente Del Bosque introdujo en el once inicial a Jesús Navas y Fernando Torres.
Con todo ello, España, que mejoró con respecto al duelo ante Suiza, se impuso a la selección americana con una facilidad bastante mayor que lo que indicaba el 2-0 a la finalización del choque. David Villa, autor de los dos tantos, comenzaba así su idilio con el gol en esta Copa del Mundo.
Triunfo crucial ante Chile
Tras la victoria ante el conjunto hondureño, el equipo de Del Bosque precisaba de un triunfo ante Chile para garantizar su billete a los octavos de final del torneo. Para ello, Iniesta volvía al once inicial y Jesús Navas retornaba al banquillo.
Así, los goles de Villa y el propio Iniesta en la primera parte dotaron de tranquilidad a la selección española. El tanto de los paraguayos tras la reanudación no puso nerviosos a los de Del Bosque, que controlaron el duelo hasta el final para conseguir la primera plaza del Grupo H.
En octavos de final esperaba la Portugal de Cristiano Ronaldo, segunda del Grupo G. Vicente Del Bosque puso en el campo a los mismos once hombres que ante Chile. España hacía gala de su juego combinativo, pero todas sus ocasiones de gol se encontraban con el guardameta Eduardo, que completó un notable encuentro.
A poco de comenzar la segunda parte, Fernando Torres, blanco de algunas críticas por su rendimiento en esta Copa del Mundo, dejaba su sitio a Fernando Llorente. Con el delantero del Athletic, España mejoró, y después de una jugada entre Xavi e Iniesta al borde del área, el balón le quedaba a Villa que, tras el rechace del portero luso, ponía a España por delante. La Roja pudo anotar algún gol más, pero el choque finalizó con el resultado de 1-0.
La aparición de Casillas
En cuartos de final, a los hombres de Del Bosque les esperaba Paraguay, que había eliminado en los penaltis a Japón en la ronda anterior. El conjunto guaraní se mostró muy correoso a lo largo del partido, y tras la señalización de una pena máxima a su favor, toda España se esperaba lo peor. Pero en ese momento surgió, una vez más, Iker Casillas, que detuvo el lanzamiento de Cardozo.
A renglón seguido, Villa caía en el área y el árbitro señala penalti. Xabi Alonso lo transformaba, pero el árbitro lo mandó repetir por invasión del área. Así, Justo Villar detuvo el segundo intento del futbolista vasco y el colegiado ignoró un derribo del portero paraguayo sobre Cesc. Cuando parecía que el partido se dirigía a la prórroga, Villa anotaba un gol tras una gran jugada de Iniesta, previo disparo al palo de Pedro. España accedía a las semifinales de la Copa del Mundo por primera vez en su historia.
Allí esperaba Alemania, que había arrollado a Argentina en la ronda anterior (4-0). Del Bosque sorprendió a todos al colocar en el once inicial a Pedro, en detrimento de Torres. La selección española era la dueña del balón, mientras que el conjunto germano se mantenía agazapado en busca de un contraataque.
El dominio de La Roja no le bastaba para adelantarse en el marcador, hasta que, en el minuto 73, un córner botado por Xavi era cabeceado por Puyol al fondo de las redes. España, en su mejor encuentro en todo el Mundial, conseguía el pase a la ansiada final gracias al tremendo cabezazo del central catalán.
En la final, el guión no cambió, el espejismo del encuentro ante los germanos devolvió al combinado de Vicente del Bosque a la cruda realidad frente a una selección de Holanda que decidió renunciar al buen juego. España se encontró en la final a un equipo duro y rocoso y tuvo que volver a recurrir a la paciencia para no renunciar nunca a su estilo. Fue en la prórroga, pero un gol de Iniesta llevó a la gloria a España e hizo justicia con el fútbol.