Clijsters regresa a lo grande tras ser mamá
La tenista belga Kim Clijsters, que retornaba a las pistas hace dos meses después de una retirada de dos años en la que fue madre, se adjudicó esta madrugada el Abierto de Estados Unidos, cuarto y último Grand Slam de la tempora, al derrotar en la final del torneo a la danesa Caroline Wozniacki por 7-5 y 6-3.
Clijsters, que disputaba su tercer torneo desde que decidiera volver al circuito, cerró su victoria -segundo triunfo en un grande-, tras una hora y 33 minutos de juego con un drive ganador, e inmediatamente se arrodilló sobre la pista, visiblemente emocionada.
La tenista belga, de 26 años, que no tiene puesto en el ranking WTA debido a su larga ausencia, fue invitada a participar en el US Open por los organizadores, por lo que se convierte en la primera tenista en ganar el torneo sin partir como cabeza de serie y habiendo recibido una wild card.
Precisamente Clijsters había participado por última vez en Flushing Meadows hace cuatro años, cuando conquistó en el mismo escenario el primer 'Grand Slam' de su carrera. En la edición de 2006, una lesión le impidió acudir al torneo, y los dos últimos años, se encontraba inactiva.
Pese a la victoria le costó entrar en el partido a la de Bilzen, que necesitó tiempo hasta encontrar sus golpes ante Wozniacki, novena cabeza de serie, que disputaba su primera final de un grande. Sin embargo, según fue transcurriendo el partido, Clijsters encontró el juego que le llevó hasta la final y acabó el encuentro con 36 golpes ganadores por los 10 de la danesa.
El primer set estuvo plagado de errores por parte de ambas jugadoras en medio del fuerte viento que barrió la cancha de la pista Arthur Ashe. Hasta seis roturas de saque se dieron en el primer parcial, que finalmente se llevaba la belga con un break en el duodécimo juego.
Ya en la segunda manga, Clijsters consiguió la rotura decisiva en el sexto juego, para situarse con una ventaja de 4-2, encaminándose hacia el triunfo final, que sitúa a la doble campeona del US Open como la primera mujer con hijos en ganar un Grand Slam desde que Evonne Goolagong conquistara Wimbledon en 1980.
Precisamente, tras la entrega de premios, Clijsters compartió su flamante trofeo con su hija Jada, de 18 meses, que se divirtió jugando con la copa sobre la pista.