Fernando Alonso domina los primeros ensayos y apunta al liderato
El doble campeón mundial español Fernando Alonso (McLaren Mercedes) dominó la primera jornada de entrenamientos libres para el Gran Premio de Hungría, con lo que confirmó que apunta al liderato de la competición en tierras del Este europeo.
Alonso comenzó con buen pie el undécimo de los diecisiete Grandes Premios que conforman el Mundial 2007. Logró el mejor tiempo del viernes en el ensayo vespertino, en el que, en la más rápida de sus 29 vueltas, cubrió los 4.381 metros de la pista húngara en un minuto, veinte segundos y 919 milésimas, a una media de 195 kilómetros a la hora.
Tras ganar hace dos fines de semana, de forma magistral, el emocionante Gran Premio de Europa, en el Nuerburgring alemán, Alonso entró en Hungría con el fin de remontar los dos puntos que le separan del líder, su compañero británico Lewis Hamilton, que este viernes fue siempre por detrás del asturiano.
Hamilton concluyó la jornada con el tercer mejor tiempo, a cuatro décimas de Fernando y en la gravilla, desde donde una de las grúas del circuito retiró su monoplaza, con el que dio un trompo en la entrada de la novena curva, cuando quedaban unos cinco minutos para que se cumpliera la hora y media reglamentaria del segundo entrenamiento.
El alumno aventajado no pudo con el mejor maestro. En lo que va de año, Hamilton ha demostrado de forma sobrada su talento, con nueve podios en las primeras diez carreras, en las que sólo dejó de puntuar en la última, en la que fue noveno. Junto al canadiense Jacques Villeneuve, el mejor debutante de todos los tiempos -aunque con menor edad que cuando lo hizo aquél-, entre las virtudes de Hamilton destaca la velocidad con la que asimila nuevos conceptos.
Y una vez más, el nuevo ídolo del público inglés aprovechó la primera sesión -en la que se rodó más despacio, con mejor tiempo para el polaco Robert Kubica (BMW)- para echarle un vistazo a los datos telemétricos que aportaban las vueltas del bicampeón del Principado, excelente cuaderno de bitácora que ha potenciado su valía en lo que va de temporada.
Hamilton siguió absorbiendo conocimientos en un circuito en el que el año pasado no le fue especialmente bien en la GP2 -la división de plata de la F1, campeonato que ganó-, pero el aprendizaje no le sirvió, de momento, para volver a sorprender a un profesor que exige muchísimo más respeto.
Alonso, a 195 milésimas del tiempo de Kubica, firmaba el cuarto en la primera sesión, justo por delante de su compañero, al que aventajó en 69; con los Ferrari del brasileño Felipe Massa y del finlandés Kimi Raikkonen, en segunda y tercera posición, respectivamente, entre el polaco y el español.
Pero el segundo ensayo fue el que dio pie a un mayor optimismo entre los que le desean lo mejor al genial piloto asturiano, que el pasado año se exhibió bajo la lluvia -antes de abandonar tras saltar una tuerca de su neumático trasero derecho cuando circulaba primero- en Hungría, donde logró, en 2003, la primera de las 18 victorias que engalanan su brillante hoja de servicios.
Alonso dejó a 364 milésimas al finés Heikki Kovalainen, que logró el segundo tiempo para Renault en una jornada que, de nuevo, no pudo evitar la controversia: a los presuntos espionajes industriales y las esperadas apelaciones a los dictámenes de la FIA, se une ahora el intercambio de cartas entre jefes de escudería y presidentes de federaciones nacionales. Auge del género epistolar que eleva a casi esperpéntica la situación. Y que invitaría a la hilaridad, de no ser porque las insospechadas consecuencias podrían ser, incluso, graves.
Si Hamilton era tercero, a 419 milésimas de Alonso, el asombroso Kimi Raikkonen -extraordinario, dentro y fuera de los circuitos- no superaba la sexta marca, a casi siete décimas de Fernando, las que rebasó el crono de Massa, séptimo este viernes.
Cuarto y quinto fueron los alemanes Nico Rosberg (Williams) y Nick Heidfeld (BMW), en víspera de la jornada que decidirá, después del último ensayo, una formación de salida que puede ser decisiva, dada la dificultad para adelantar que presenta esta pista.
Salvo que llueva el domingo, posibilidad que no descartan unas previsiones meteorológicas que en el seno de la F1 fallan últimamente más que una escopeta de feria. Si cae agua, la carrera se podría convertir en “una lotería”, como señaló el propio Alonso. Lotería para la que el astur suele portar numerosos boletos.