Grecia, penúltimo escollo de España para el oro
La selección española de baloncesto buscará este sábado frente a Grecia (17.30 horas insular canaria / LaSexta) la séptima gran final europea de su historia, un objetivo realista y más accesible vista la evolución del equipo en el torneo, que pasó de bordear la eliminación en la segunda jornada a convertirse en un rodillo en cuartos contra Francia.
La mejor generación del baloncesto español se plantó en este Eurobasket con la vitola de favorito indiscutible frente a selecciones tradicionalmente fuertes que se plantaron en Polonia huérfanas de sus mejores figuras. Sin embargo, una primera fase dubitativa sembró dudas en el horizonte español, muy nublado tras la segunda derrota del torneo, frente a Turquía.
Recuperados de sus diversos problemas físicos y enrabietados por dos tropiezos inesperados, los jugadores españoles recuperaron parte de su potencial contra Lituania y Polonia. Una vez disipadas las dudas, España recuperó su mejor versión, la que guió a la gloria mundialista y olímpica, para arrasar en Francia en cuartos y recuperar su trono moral en el torneo.
Además, batiendo a 'les bleus', el combinado nacional se aseguró disputar su sexta semifinal consecutiva en un Eurobasket, ronda en la que está presente desde 1999 aunque nunca hasta el momento ha podido adjudicarse la ansiada presea dorada.
Buena parte del crecimiento español durante el torneo se enraiza en la recuperación de Pau Gasol. Tras un inicio renqueante, el catalán, pieza clave en el campeón de la NBA, está calcando los números que marcó la temporada pasada en los Lakers y ya es el máximo anotador (18.9 puntos por partido), reboteador (8.3) y taponador (2.1) del Eurobasket.
La superioridad de Gasol, clave para sus compañeros
Por encima de esta estadística abrumadora, Gasol ha instalado una superioridad que condiciona el planteamiento de los equipos rivales. Las defensas dobles contra el pívot dejan espacios abiertos a sus compañeros y ahí es donde aparecen otros dos puntales que ya le ha cogido el aire a los aros polacos, Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández.
El capitán, igualmente contagiado por los comienzos plomizos del equipo, es el octavo anotador del torneo y, junto con Rudy, el máximo triplista del torneo por detrás del esloveno Lakovic y el alemán Schaffartzik. De su inspiración dependerá en buena medida el rumbo del equipo.
En defensa, Ricky Rubio parece completamente adaptado a lo que Sergio Scariolo le demanda. El joven base notó al principio la titánica tarea de sustituir a José Manuel Calderón, pero ante una estrella NBA como Tony Parker mostró que está superando el reto. El azulgrana anuló al base de San Antonio Spurs, que acabó desquiciado y con valoración negativa (-2).
La recuperación de Garbajosa, la labor interior de Felipe Reyes y Marc Gasol o los minutos de apoyo de Llull y Mumbrú también serán importantes si España quiere asegurarse un metal. Si la combinación funciona, el equipo español se asegurará su quinta medalla en una década, aunque tendrá la oportunidad de derribar su última barrera y conquistar el oro después de tres platas y un bronce en este período.
Grecia, un viejo conocido que se amolda a los nuevos tiempos
Para conseguirlo, el conjunto dirigido por Sergio Scariolo deberá superar a un rival de entidad que es, además, un viejo conocido en estas rondas finales. Grecia, víctima en la final del Mundial de Japón y en las 'semis' del último Eurobasket, se volverá a cruzar en el camino de los españoles.
Sin embargo, algo ha cambiado desde entonces en los helenos. Se plantaron en Polonia sin sus principales referencias y señas de identidad, Theo Papaloukas y Dimitris Diamantidis, dos de los mejores exteriores del continente.
Sus ausencias, junto a la presencia en el banquillo del lituano Jonas Kazlauskas, han cambiado notablemente el perfil del equipo. Y es que el actual equipo griego conserva su oficio y competitividad en ritmos bajos de partido pero ha adquirido un peligroso gusto por el juego a campo abierto.
Los helenos disfrutan, ahora sí, del juego en transición, y tal circunstancia les hace imprevisibles en partidos de alto voltaje. Su referencia perimetral, Vassilis Spanoulis, es además un consumado experto en encuentros vivaces.
No obstante, pese a la figura del anotador Spanoulis, Grecia sigue manteniendo los argumentos que la llevaron a la élite a mediados de década. Son un conjunto muy poderoso físicamente, que no rehúye los duelos físicos y que supone una gran amenaza en la pintura, donde intimidan el talentoso Boroussis y la 'bestia' Schortsianitis.
Por fuera, Nikos Zisis ejerce de indiscutible director de orquesta, acompañado por un nutrido grupo de secundarios que aportan defensa e intensidad. Junto a ellos, el ex madridista Antonis Fotsis ejerce como desatascador exterior y complemento para la 'pintura'.
Los griegos afrontarán el duelo con enormes ganas de revancha ante su auténtico 'ogro' de los últimos años, una España que le arrebató el oro en Japón y le apartó de la final en Madrid, donde fue capaz de superarles en dos ocasiones.