Plan B para el césped: pintura

Si no se puede solucionar algo, mejor disimularlo. A estos puntos hemos llegado con una de las asignaturas pendientes del entorno de la UD Las Palmas: el estado del césped del Estadio de Gran Canaria.

Supuestamente, el plazo marcado por los operarios designados por el Cabildo para recuperar el maltrecho tapete del coliseo insular tiene su fin a finales de este mes. En estas fechas debería estar en las condiciones óptimas para disputar un encuentro de la categoría de plata del fútbol español, recuerden, el mejor del mundo.

Habiendo pasado por la invasión de la mala hierba 'poa annua' y por las toneladas de peso que infligieron los miles de aficionados que se dieron cita para los conciertos de Sting y Maná, han sido múltiples los tratamientos que se han llevado a cabo para recuperarlo. La última medida, el trasplante en determinadas zonas.

Mientras este remiendo da sus frutos, el estado del campo a la vista de los aficionados sigue rozando lo lamentable. Es por ello que se ha llevado a cabo una medida un tanto indecorosa para disimular su aspecto: rociarlo con pintura verde para tapar los claros e imperfecciones.

Sea como sea, ha dado su resultado y el césped luce una notable mejoría a la vista del respetable. Servirá para mejorar la imagen del tapete, pero levanta serias dudas sobre el cumplimiento de los plazos puestos por los operarios para poder contar con una superficie apta para la práctica del fútbol.

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