Socios del Telde piden amparo a la Dirección General de Deportes
La Plataforma de Socios de la UD Telde ha interpuesto un escrito ante la Dirección General de Deportes del Gobierno de Canarias solicitando amparo a tenor de la Ley Canaria del Deporte por presuntas irregularidades en la gestión del club.
En un comunicado, la plataforma ha emitido un comunicado con documentación acreditativa en el que afirman que en la contabilidad actual no constan detallados los ingresos de la entidad y la procedencia de los mismos, ni los gastos. “Sólo entregan unas hojas sueltas con un presupuesto y un estado económico”, dicen.
También ha detectado que, durante casi una temporada, “los ingresos y gastos no se hacían por la cuenta corriente del club, sino por una cuenta privada, de la que eran titulares Cándido Rodríguez Cabral (presidente), Carlos Rodríguez (vicepresidente) y Manolo Santana (tesorero)”.
Según la plataforma, en septiembre de 2009 se reunieron el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Telde, el presidente del club y su vicepresidente con un representante de una conocida marca deportiva para “llegar a un acuerdo de pagos y levantar el embargo bancario que tenía el club y sus cuentas corrientes”. Sin embargo, el acuerdo no se llegó a producir y, “aparte de los 25.700 euros del embargo, se ha tenido que pagar 8.000 euros de costas más intereses, así como otro inicio de embargo de 12.000 euros”.
El comunicado también se refiere a una demanda interpuesta por un entrenador de la cadena por “incumplir el presidente un acuerdo para pagarle su deuda en distintos plazos”.
La plataforma cita una tercera demanda por una deuda contraída con una empresa con la que tenían fijado un contrato de servicios de la gerencia del club y que ascendería a 16.000 euros.
“El club llega al punto de expulsar a deportistas por exigir sus padres, evidentemente socios, que le pregunten dónde van los gastos del club, como así le obligan sus estatutos, y negándose a realizar el ultimo pago hasta verificar las cuentas. Un derecho del socio lo convierte la junta directiva en una decisión por unanimidad de abuso de poder y juega con el sentimiento de niños”, concluyen.