El Vecindario agudiza su agonía
El equipo de Castro Santos está ahora a nueve puntos del penúltimo clasificado y a dieciocho de los puestos de salvación. Considerando que restan por disputar nueve jornadas, las opciones de gesta blanquinegra son prácticamente inexistentes.
El conjunto isleño no contradijo a los pronósticos y fue un rival permeable a manos del Valladolid, que venció sin oposición y facilidad en un encuentro carente de emoción, pese al blindaje defensivo impuesto alrededor del marco defendido por Kelemen, con Atxabal, Dorta y Kirian taponando la franja central.
Con esta nueva derrota, el Vecindario queda abocado a vivir un final de temporada agónico, ya a la espera de consumar de manera matemática su regreso a Segunda B y con el único argumento de la honra profesional para mantener el tono competitivo hasta junio.
A pesar de todo, el calendario inmediato le deparará enfrentamientos directos con rivales de la zona baja de la tabla y, al menos, podrá rescatar el aliciente de recortar diferencias y añadir algo de emoción a la composición final de los cuatro que bajarán a la categoría de bronce.
La recuperación de alguno de los numerosos inquilinos que integran la enfermería sureña (Xisco, Míchel, Goñi, Markel Bergara y Mario Prieto) podría facilitar el afán del Vecindario en sumar el máximo número de puntos posibles y evitar pasar a la historia como uno de los peores equipos del segundo escalón del fútbol español.