Eduardo Balguerías: “Solo falta el sí del Cabildo de El Hierro para tener en la isla el primer parque marino de España”

Eduardo Balquerías, director general de Instituto Español de Oceanografía

Eric Pestano

Madrid —

La edad y los despachos pueden acomodar a cualquiera, pero Eduardo Balguerías (Madrid, 1957) conserva aún el mismo espíritu de superación que lo ha llevado a desarrollar una carrera de éxitos en treinta y cinco años en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y que comenzó en la Universidad de La Laguna como licenciado en Ciencias Biológicas.

Ahora, desde su despacho como director del IEO en Madrid, afronta con optimismo un año en que el Instituto recupera poco a poco el tono previo a la crisis económica, con 28 nuevas contrataciones y el “incremento” de su participación en el sistema de investigación español y europeo.

Su estancia en el Centro Oceanográfico de Canarias, dependiente del IEO y con sede en Santa Cruz de Tenerife, durante más de 20 años avala a Balguerías en el análisis del medio marino insular, de la situación de las pesquerías en aguas cercanas a las islas, de su conservación y de la protección de lugares como El Hierro, que no oculta que es “maravilloso”.

¿Qué supone para El Hierro la creación de un parque nacional marino?

Un parque nacional como el previsto situaría a la isla en el mundo, atraería a gran cantidad de gente y desarrollaría una actividad económica a su alrededor. Nadie dice que se vaya a construir de forma masiva la costa de La Restinga: se debe atraer un turismo ecológico, el que es respetuoso con los valores naturales y paisajísticos y además actúa como portavoz de las maravillas de El Hierro.

Teniendo en cuenta que entre los criterios para la declaración de un parque nacional se incluye el impacto socioeconómico en la zona, ¿qué opinión le merece las dudas manifestadas por el Cabildo insular sobre si beneficiará o no?

Hace tres años, cuando el Organismo Autónomo de Parques Nacionales lanzó la idea de crear el primer parque nacional marino en España, se hicieron varias propuestas. El IEO mantuvo que el primero debía de ser en La Restinga-Mar de las Calmas [en esa zona marina ya existe una reserva de interés pesquero]. No tenía punto de comparación con otros lugares y todo el mundo estaba convencido. No solo estábamos contentos, sino orgullosos. Y ahora resulta que te encuentras con una oposición que no termino de entender como ciudadano canario que me siento.

¿Puede afectar a la pesca una mayor actividad económica en La Restinga?

El IEO ha estado trabajando en el Mar de las Calmas desde antes de la creación de la reserva marina. Tenemos perfectamente descrita y caracterizada la actividad humana en la zona. La población está concienciada. La cofradía de pescadores de La Restinga ha apostado siempre por la explotación sostenible. Tenemos el camino hecho con el sector que quizá más se pudiera oponer.

Y ahora ¿en qué punto se encuentra la tramitación?

El Organismo Autónomo de Parques Nacionales está esperando por el consenso de las autoridades locales. Luego tiene que pasar por trámites parlamentarios, pero está todo preparado.

Es decir, que solo falta un ‘sí’.

Solo falta el sí del Cabildo. Tendrán sus razones para alargar el proceso. Serán muy respetables, pero yo las desconozco.

¿La creación de un parque nacional supondría un desembolso económico para la isla?

Es una apuesta segura para las autoridades locales. Las inversiones que se deban hacer las asume el Estado.

Se nota que ha vivido con pasión el desarrollo de este proyecto.

Por supuesto. ¡Es que lo he defendido personalmente! No hubiese dudado en ningún momento para firmar la autorización.

¿Existen planteamientos similares tan desarrollados como el de El Hierro en otros puntos de España?

Sí, en la isla de Cabrera, y allí hay un acuerdo mayoritario. Es un espacio marítimo terrestre, pero se está estudiando la ampliación del parque. De momento, el estudio está en fase de desarrollo para concretar los límites de esa ampliación.

La creación del parque nacional en El Hierro no es la única lucha del IEO en las islas. También está el estado de conservación de especies de interés pesquero. ¿Cuál es la situación actual?

Desgraciadamente, sabemos poco de determinadas pesquerías. Ha habido una suerte de dejación de responsabilidades. No existe ningún organismo al que se le haya dado el mandato de hacer un seguimiento. Este trabajo requiere experiencia, dedicación y un presupuesto para mantener los sistemas estadísticos. No tiene sentido hacer una ahora y otra en 15 años. Nosotros estamos dispuestos a hacer ese trabajo, como se hizo con los túnidos desde 1975. A partir de ahí, se podría determinar cuál es el estado de los recursos. Ahora tenemos sondas acústicas muy precisas y, por lo menos, pretendemos determinar la biomasa de especies pelágicas como la sardina, el chicharro y la caballa.

La actividad pesquera de las islas, sobre todo la industrial, ha sido muy dependiente de la plataforma marina conocida como banco canario-sahariano. ¿Cómo se encuentra este caladero en términos generales y las relaciones con Marruecos?

Hace unos años que no tenemos datos por no disponer de flota de las islas en esos caladeros. Nuestra información depende de las relaciones que tengamos con Marruecos. El acceso a ese fondo de pesca está regulado por los acuerdos entre la Unión Europea, Marruecos y Mauritania. Ahora se dan licencias para la flota merlucera; lo que llamamos artesanales canarios [demersales]. Que yo sepa, últimamente, solo ha ido a pescar una embarcación con base en las islas. Les han ido limitando los artes de pesca y parece que no tienen tanto interés. Hay alguna oportunidad para arrastreros pelágicos, pero España no tiene flota para ese tipo de pesca. En Mauritania, hay posibilidades para la flota marisquera con base en Huelva.

¿Y cuál es el estado de conservación de las especies en la zona?

La sardina está en buen estado, muy superior a la explotación que se hace de ella. La lacha [Sardinella aurita], en Mauritania, ha estado en buen estado y ahora está mal. La gamba y el langostino se encuentran en un estado de explotación sostenible. Sí que empieza a haber algunos signos de captura excesiva de atunes tropicales y la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en inglés) está tomando medidas para evitar la sobreexplotación.

La pesca de pulpo y calamar podría ser un nuevo nicho de negocio.

Son recursos de gran interés, pero disponemos de información limitada. En Mauritania, por ejemplo, sabemos que el choco y el calamar están subexplotados, y se ha propuesto una nueva modalidad de pesca para la flota española. Tiene sus dificultades porque el choco convive con el pulpo y el segundo no se puede pescar. Estamos trabajando en ello para dar una solución técnica.

La Unión Europea plantea como uno de sus grandes objetivos la potenciación del sector de la acuicultura. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 50% del pescado consumido en el mundo proviene de esa industria. ¿Podría ser la solución definitiva para atender la demanda futura?

Al menos está siendo parte de la solución. La interacción con el medioambiente es uno de sus grandes problemas. Se debe mejorar el sistema en varios sentidos. En España, la legislación es garantista en cuanto a impacto, pero en algunos casos se podría mejorar en la ubicación de esa industria. A mi juicio, también es muy importante poder aislar la alimentación de esas especies de los bancos naturales. Los piensos que se dan a las especies cultivadas se hacen a base de otras que se capturan. Se deben buscar componentes de origen vegetal, entre otros, a partir de microalgas.

También, según datos de la FAO, la producción de esas especies en España ha ido incrementándose poco a poco, pasando de 95.800 toneladas en 1969 a 289.821 en 2015. ¿Cómo se encuentra el sector en España?

El sector está teniendo problemas. En España se produce lenguado, salmón, lubina y dorada, fundamentalmente. La producción de dorada y lubina turca y griega es mucho más competitiva. Además, la legislación es tan garantista que cuesta mucho trabajo instalar o ampliar un polígono de cultivo. En cualquier caso, también se están explorando otros sectores. En Canarias, se trabaja en el cultivo del medregal y ya se ha hecho el bocinegro. También hay una empresa que está empezando a cultivar besugo.

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