Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cuatro administraciones, no cuatro partidos políticos por Rita Martín
Esta zona turística sigue todavía, afortunadamente, bien afianzada como un destino apreciado y deseado por la ciudadanía europea y peninsular. Esto es así porque goza de las mejores condiciones climáticas del mundo, y porque posee unos atractivos naturales muy valiosos y singulares, con un extraordinario poder de seducción. Pero también, porque ha sido capaz de generar infraestructuras, instalaciones, establecimientos y servicios, prestados por las empresas y trabajadores del sector, que con todos sus problemas aún son capaces de proporcionar satisfacción a nuestros visitantes.
Sin embargo, sabemos que padece desde hace tiempo los problemas de los destinos turísticos maduros, que sufre las consecuencias de la obsolescencia de sus instalaciones y de un modelo de desarrollo que no siempre observó el rigor preciso y se sometió a los controles necesarios. Esta situación no es fruto sólo de las crisis que cíclicamente afectan a la economía mundial y a los países emisores de nuestros turistas, sino la consecuencia de que no siempre se han hecho bien las cosas.
Es necesario reconocerlo así; es imprescindible para poder superar y revertir el declive de nuestro sector turístico y el desánimo que viven los principales actores y agentes de las empresas e instalaciones turísticas de todo tipo.
Para hacer posible la rehabilitación de esta zona turística son las administraciones quienes deben hacer el esfuerzo de propiciar la recuperación del sector y el relanzamiento del negocio turístico a partir de nuevos objetivos y nuevas formas de trabajar que ilusionen e involucren a todos los actores.
Nuestro sistema político ha repartido entre las distintas Administraciones (Estado, comunidad autónoma, Cabildo y Ayuntamiento) las diversas competencias que pueden hacer posible este cambio. Las relacionadas con la actividad turística, y no sólo las sectoriales, están repartidas entre todas ellas, y no es sencillo instrumentar la necesaria coordinación entre todas para alcanzar la mayor eficacia y el éxito que la sociedad reclama de nuestra principal industria.
Por este motivo, ha sido necesario crear el Consorcio, que en ese sentido es la expresión de la voluntad de las cuatro administraciones para trabajar juntas y para colaborar estrechamente con el objetivo de superar y revertir el declive y el desánimo en nuestra principal zona turística, evitando duplicar esfuerzos y actuando coordinadamente para mejorar las necesidades del destino y de los operadores del sector.
En mi opinión, este es el principal valor de la existencia del Consorcio y, por eso, en esta etapa en la que asumo su presidencia, me he comprometido a cultivar el espíritu de colaboración y consenso entre todas las administraciones y actores de la zona turística, de quienes animaron la creación del Consorcio y de aquellos que tienen sus expectativas puestas en su andadura.
Además de todo esto, también es preciso derrochar compromiso, trabajo y generosidad para construir un auténtico y nuevo proyecto colectivo, que debe condensar la voluntad de todas las administraciones públicas, de los actores del mundo turístico y del conjunto de la ciudadanía de la Isla. Ahora hay que trabajar de otra forma, no se debe seguir haciendo lo mismo, ni siquiera haciéndolo mejor, sino que se imprescindible cambiar de paradigma, hay que hacer otras cosas.
El Consorcio es un órgano eminentemente técnico, no político, que podrá gestionar las competencias que le deleguen o encomienden sus miembros, que podrá tener capacidad para prestar los servicios públicos que se le encomienden, pero no puede tener vida propia sin el impulso, el compromiso y la confianza de las cuatro administraciones que lo integran y que lo gobiernan.
El Consorcio ya está dispuesto para convertir la zona turística del sur de Gran Canaria en un espacio de oportunidades económicas para la inversión y el empleo. Ya hemos elaborado el Plan de Rehabilitación de las Infraestructuras turísticas que pronto verá la luz para que las aportaciones de los actores de la actividad turística y de la ciudadanía en general terminen de perfeccionarlo y enriquecerlo. El Plan ofrece una visión integral de los problemas de la zona turística y la forma de enfrentarlos bajo un enfoque global y con amplia perspectiva temporal.
Con carácter inmediato, el Consorcio pondrá en marcha una serie de proyectos y de trabajos que se podrán traducir en actuaciones concretas sobre la zona a partir de este año. Los proyectos y actuaciones a realizar en esta zona turística conciernen y afectan a todas las instituciones y a todos los ciudadanos de la Isla, y no sólo a un municipio y sus residentes, pues tratan de la reactivación de una zona que es el corazón del pulso económico de toda la Isla.
El reto para esta etapa de la vida del Consorcio que tengo la satisfacción de presidir a partir de ahora es, precisamente, el de procurar el consenso en las decisiones, la mejor y más eficaz coordinación entre las administraciones y el sector turístico, y asegurar que todas las instituciones sociales, culturales, profesionales y científicas de la Isla conozcan y sean partícipes del proceso que debe conducirnos a recuperar el prestigio y la vitalidad de uno de los destinos turísticos más prometedores de nuestro país por sus excepcionales cualidades naturales y por el conocimiento acumulado y el buen hacer de muchas personas que han dedicado su vida a esta industria.
Además, esta útil herramienta debe continuar trabajando en el futuro por y para el beneficio de las Islas que es, al fin y al cabo, el objetivo de todos.
Rita MartÃn
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