Censura en RTVE

Era demasiado bonito para que durara. Yo, qué quieren, estaba convencido de que duraría el tiempo que le llevara a Rajoy llegar a La Moncloa y no pensé que se adelantaría la cosa: a propuesta del PP, el Consejo de RTVE acaba de aprobar que las informaciones, su jerarquización o eliminación, las imágenes a emitir y demás pasen controles políticos en tiempo real, o sea, en el momento mismo en que los periodistas elaboran su información. Es como si escribieras sintiendo detrás, soplándote en el cogote, la respiración del censor armado con un buen palo que te romperá en la espalda a poco no le guste lo que haces.

La moción pepera empleó el eufemismo “supervisar” para reintroducir la censura de los telediarios con el apoyo de CiU y las abstenciones del PSOE, ERC y CC OO que determinaron su aprobación pues los solitarios votos en contra de UGT e IU de nada sirvieron. Y es el apoyo psocialista a la iniciativa del PP lo más significativo. Los consejeros del PSOE en RTVE se han rendido ante los abrumadores indicios de la aplastante victoria de Rajoy el 20-N. Como se diría en términos coloquiales, les pudo la cagalera y quizá la necesidad de hacerse gratos a los ojos de los próximos señoritos. Desde las propias filas del PP se han alzado voces condenatorias de la decisión aunque, qué quieren, no sé si son defensas sinceras de la libertad informativa en RTVE o es que les preocupa la inoportunidad de no aguardar a cazar el oso para desvelar la intención de la derecha de aplicarle el modelo Aguirre tan consolidado en la tele madrileña.

Poco le ha importado al Consejo que RTVE haya elevado en este tiempo su credibilidad y audiencia. O le ha preocupado lo suficiente como para volver a los tiempos en que los partidos mangoneaban a los medios públicos. Todo un anticipo de la que se nos viene encima con los psocialistas, insisto, de coadyuvantes necesarios. Lo que no es, en el fondo, casual, si se tiene en cuenta que siempre han cerrado filas con el PP en la defensa del bipartidismo que beneficia a ambos. Si no, observen cómo se han mostrado de irreconciliables en todo menos en eso. Por ejemplo, cuando la negativa compartida a la reforma electoral que mejore la representatividad de las cámaras parlamentarias. Lo ocurrido en el Consejo de RTVE debe inscribirse, con cuantos matices quieran, en ese marco de intereses partidistas. Es evidente que a mucha gente del PSOE y no les digo del PP, no gustó la renuncia de Zapatero a controlar los contenidos informativos de RTVE por lo que resta de poder al partido (PP o PSOE, que en esto tanto monta, monta tanto) que gobierne en cada momento.