Crisis con red

Aunque tarde y no sabemos con qué grado de eficacia, los gobiernos de los países más civilizados, están reaccionando para tender una amplia red para evitar caídas mortales. En lo económico y en lo social. Para que el sistema financiero no se derrumbe, sepultando la maquinaria económica, y para que los sectores más vulnerables ?famílias y pequeñas empresas- se hundan en la miseria.

Hay, sin duda, una mayor conciencia social, tanto en los gobiernos de izquierdas, lo que es lógico, como en los de derechas, que se han sensibilizado. Esta red socio-económica, que entre todos se está tendiendo, supone un alivio para todos, si bien nos avisa de la gravedad de la crisis en cuando a profundidad y duración.

El gobierno de Zapatero, que hace poco negaba la crisis, se ha sumado rápidamente a esta tarea común de tender la red de seguridad. Hay que celebrarlo y agradecerlo. El pacto entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, sin duda ha sido una gran ayuda. Hay que reconocerlo y ponerlo como ejemplo para afrontar otros problemas de primer orden que tiene el país.

La batería de medidas anunciada por el Presidente del Gobierno, en apoyo y control de las instituciones financieras, en cuanto piezas clave para el funcionamiento del sistema económico, y de generación de confianza a los inversores, a los atrapados por hipotecas para sus viviendas, a los trabajadores y autónomos que puedan ir al paro, así como las ayudas y estímulos a los emprendedores, es bienvenida.

Aunque habrá que esperar a la rapidez y eficacia de la puesta en marcha de esta batería de medidas de choque, por lo menos significa una reacción positiva y tranquilizadora. Evidencia, además, que hay una manera distinta a la tradicional más conservadora, de afrontar una crisis grave. Una manera más humana, más social, menos economicista.

Que estas medidas excepcionales se establezcan para más de dos años, comporta también dos cosas: la desconfianza de que esta situación crítica sea corta y leve, y la duda de si el altísismo esfuerzo económico de tender esta loable red de seguridad no suponga un desvío fatal de recursos que necesita una reactivación económica competitiva, y que ello nos lleve a un callejón de muy difícil salida, de endeudamiento colectivo y de Aarón económico.

Son, también, cuestiones a meditar. El coste de la red ?de este circo- ¿nos puede dejar sin recursos para la función?

* Comentarista político y ex director del Centre d'Investigació de la Comunicació.

Wifredo Espina*