Derechos y miedos laborales

Ni que decir tiene, que tener en estos momentos difíciles y comprometidos un puesto de trabajo, es como tener un décimos de lotería premiado. Por todo ello, muchos trabajadores ven como sus derechos laborales, su libertad de expresión y sus reivindicaciones son lesionadas, censuradas y amenazadas por sus respectivos jefes.

Sin ir más lejos, una parte del personal que trabaja en la Cruz Roja en las zonas costeras de Bajamar, Punta del Hidalgo, Jover (Tejina), Valle de Guerra y Radazul, se muestran nerviosos y preocupados ante las irregularidades laborales que se están llevando a cabo por parte da la empresa responsable; la cual le vincula un convenio con el Ayuntamiento de La Laguna.

Del mismo modo, me han prometido darme unas series de fotografías y documentación, donde se especifica una cantidad de irregularidades tales como: medicamentos y materiales caducados; personal sin uniforme e incompleto, contratos no firmados, pagas extras de verano sin pagar; contratos denominados como de piscina, donde le han dicho a los los trabajadores que no pueden salir a socorrer a nadie fuera de los limites de las piscinas.

Es decir, si una persona está en apuros el socorrista no puede salir en su ayuda, ya que su contrato especifica que su cometido y responsabilidad es en las piscinas. De lo contrario, y según me informan, son despedidos.

También, y a fecha de 25 de septiembre de 2008, tras una semana sin arreglar, una parte de las vallas de protección que lindan con las piscinas y el mar, sigue sin arreglar, siendo sustituida por una cinta de plástico. Por si fuera poco, hace varias semanas encalló un barco de fibra en las costas de Bajamar, motivando que dicha embarcación quedará destrozada por el mal tiempo.

Una semana más tarde, y a petición de los surfistas, ante el peligro del motor y restos de materia de fibra de la embarcación; un socorrista con una moto acuática, acudió para retirarlos, siendo recriminado por su coordinador con el restos de los trabajadores. El joven profesional citado en las tareas de rescate de los restos del barco, se le cumplía el contrato dentro de unos días, con todas las posibilidades de no ser renovado, según el propio protagonista.

Curiosamente, y según me cuentan, la empresa responsable de velar por la seguridad en las piscinas de los mencionados lugares costeros, tiene un déficit de unos 20.000 euros, pero si puede tener su nuevo coordinador, un 4x4 marca Toyota, modelo 2008. Mientras tantos, los trabajadores se ven impotentes ante las amenazas de despidos por parte de la empresa. Sin duda, hablar o reivindicar algo legal en este país te puede costar muy caro. Y es que la verdad tiene un precio.

Rafael Lutzardo