La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera
Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

El descrédito de la Justicia

Juan García Luján / Juan García Luján

0

El 5 de mayo de 2005 el conocido empresario (Wilebaldo Yanes) organiza una cena con el juez (José Antonio Martín) y el hermano del narcotraficante (Julio Bornia). En esa cena el juez conoce todos los datos del caso. El narcotraficante está en situación de prisión provisional, le podrán caer muchos años de cárcel porque no se trata de un camello de pequeños trapicheos, tiene un juicio pendiente por tráfico de 100 kilos de hachís. Además ya estuvo 10 años en la cárcel por otro delito de tráfico de drogas y también fue condenado en su día por tenencia de armas. Vamos que Rafael Bornia es un peligro público al que José Antonio Martín pretendió sacar de la cárcel.

El 30 de mayo Julio Bornia llama a Wilebaldo y pide una nueva cita con el juez. José Antonio Martín los recibe esa misma noche en la puerta de su casa. Julio le da la documentación sobre su hermano. El10 de junio Rafael llama a Wilebaldo “¿cómo va lo de mi hermano?”. El tema está estancado por que la suegra del juez está enferma. El14 de junio nueva conversación :“El juez está haciendo todo lo posible”, le dice Yanes a su amigo.

A las 7 de la tarde del 27 de julio el magistrado José Antonio Martín llama a Yanes y le comunica que al día siguiente se iba a celebrar la vista en la Audiencia Provincial de Las Palmas donde se iba a decidir sobre la prisión provisional de el narcotraficante. En esa conversación le pide que transmita unos consejos al abogado que defenderá al narcotraficante: “dile que no se enrolle, que explique las cosas claritas y sencillas, que está dispuesto a ofrecer una fianza para que salga de la cárcel ?”. Después Wilebaldo Yanes llamó a Rafael Bornia y le transmitió los consejos del juez que iba a presidir la sala. No está demás recordar que Rafael Bornia también estuvo encausado junto a su hermano Julio por tráfico de drogas, pero al final los hermanos fueron absueltos porque los policías que tenían que ir a Madrid a declarar contra ellos en la Audiencia Nacional ¡no tenían dinero para los pasajes y las dietas!

En esos meses el juez Miguel Ángel Parramón estaba investigando el conocido como “caso eólico”. El empresario Wilebaldo Yanes era uno de los sospechosos de estar participando en el tráfico de influencias en torno al concurso convocado por el gobierno canario. Por eso Yanes tenía el teléfono pinchado, por eso Parramón pudo conocer las conversaciones de Yanes con el juez Martín y con Rafael Bornia. Parramón vio indicios de delito y abrió una causa aparte que remitió al Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Hubo juicio contra Yanes y José Antonio Martín, en la sentencia del TSJC decía que el juez José Antonio Martín, apartándose del criterio mantenido en casos similares (gravedad del delito, tráfico de estupefacientes en cantidades importantes, años en situación de búsqueda y captura y evidente riesgo de fuega) no sólo defendió la libertad del hermano de su amigo íntimo, sino que que insistió ante los dos componentes de la Sala Emilio Moya y José Luis Goizueta. También intentó convencer al Fiscal Antidroga para que cambiase su petición de mantener en la cárcel al narcotraficante y solicitase su libertad bajo fianza. Pero no tuvo éxito con ninguno de los tres. El TSJC condenó a José Antonio Martín por un delito de negociaciones prohibidas a funcionario público y a Wilebaldo Yanes por cooperación necesaria para el mencionado delito.

El éxito le acaba de llegar a José Antonio Martín en forma de sentencia en forma de sentencia del Tribunal Supremo. El alto tribunal español anula la sentencia del TSJC y absuelve al juez y a su amigo empresario. Aunque reconoce que los hechos de los que fueron acusados por el TSJC están probados, también reconoce que la instrucción de Parramón y las grabaciones telefónicas se ajustan a la legalidad. Pero dice que no hubo negociaciones prohibidas, que eso de “que no se enrolle” no es un asesoramiento formal. Dice la sentencia que pudo haber tráfico de influencias. Pero no pide que se investigue. Todavía está pendiente el expediente disciplinario del Consejo General del Poder Judicial, si el órgano de los jueces archiva el expediente tendremos al frente de la Audiencia Provincial de Las Palmas a un señor que intentó sacar de prisión a un narcotraficante de reconocida trayectoria criminal. ¿Y así quieren ustedes, señores jueces, magistrados, fiscales... que creamos en la Justicia?

Juan García Luján

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats