Por este motivo, dado que el lenguaje es fiel reflejo del pensamiento, quizá convenga empezar modificando los términos que se utilizan en torno a las personas “con discapacidad” –término éste, por cierto, al que habría que empezar a buscarle sustituto. Hace no mucho, leí un interesante artículo que me llamó la atención por las propuestas lingüísticas que ofrecían, mucho más sinceras que las insoportables palabras y eufemismos que se utilizan a diario. Una de las propuestas que me llamó la atención fue la de “personas concapacitadas”, dadas la indudable sensibilidad y numerosas habilidades artísticas de, por ejemplo, las personas con síndrome de Down.Además de éste, hubo otro término propuesto por la madre de una niña con síndrome de Down que me conmovió: “personas otrocapacitadas”. Quien haya tenido la suerte de asistir a los diversos encuentros y galas que hemos celebrado en Santa Lucía con los chicos y chicas de nuestros centros ocupacionales y de los distintos colectivos que aúnan a estas personas, sabrá que “discapacitado” no es en absoluto el término con que nombrar a estas personas.Sin embargo, para cambiar el lenguaje, habrá que empezar cambiando las realidades a las que nos enfrentamos. Por ello, desde Santa Lucía, sólo podemos celebrar este Día Internacional con el trabajo que, desde hace ya bastantes años, estamos llevando a cabo para promover la integración y la igualdad de las personas que acuden a nuestros centros municipales y participan en sus actividades.Es cierto que estamos orgullosos del importante centro para personas con discapacidad que inauguraremos en próximas fechas y en el cual hemos invertido más de cien millones de las antiguas pesetas. Sin embargo, estamos aún más orgullosos de los programas de autonomía personal que se desarrollan en nuestros recursos. Gracias a estos programas, les demostramos y también nos demostramos que, con trabajo, podemos empezar a cambiar poco a poco la realidad de este colectivo y erradicar conceptos erróneos y falsos prejuicios.Sin duda, son muchos los objetivos que hemos alcanzado durante estos últimos años, pero nos quedan retos que, de conseguirlos, habremos avanzado mucho en la integración y en la autonomía de las personas con discapacidad. Cabe hablar del mercado laboral, que sigue sin atender a las necesidades de este colectivo. Por eso, aunque las instituciones nos esforcemos en subvencionar y firmar convenios de empleo, tenemos que conseguir que las empresas y los empleadores se den cuenta de que estas personas son –como decía aquella madre– “otrocapaces” y que tienen mucho que ofrecer al mercado laboral.Por último, quisiera destacar el papel que desarrollan los técnicos municipales de servicios sociales y la implicación personal con un sector que merece todo el apoyo. Ahora bien, si a alguien tenemos que estarles verdaderamente agradecidos es a los padres, madres y familiares de estas personas con alguna discapacidad y a las asociaciones y colectivos en que se agrupan. Gracias a su compromiso y acciones, son estos colectivos los verdaderos artífices del cambio de mentalidad que la sociedad empieza a experimentar. Con ustedes estamos construyendo esta Santa Lucía ciudad sur, social e integradora. Por ello, no puedo más que animarles a seguir luchando por la igualdad y por la integración, y mostrarles mi más profunda admiración y respeto.* Silverio Matos Pérez es alcalde de Santa Lucía Silverio Matos *