Sobre las elecciones alemanas entre coaliciones y problemas

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Si algo está claro en la últimas elecciones alemanas es el deseo mayoritario de un cambio. Y esto afianza tanto el liderazgo de la Socialdemocracia como la inevitabilidad de un Gobierno a tres colores: el rojo del SPD, el verde de los Verdes y el amarillo de los liberales del FDP.

La victoria clara, pero no excesiva de Scholz (SPD), inclinará con relativa seguridad la balanza hacia la llamada Coalición Semáforo por sus colores, antes que hacia la coalición Jamaica (así llamada por los colores de la bandera de ese país). Ésta última tendría el color negro de los cristianodemócratas (CDU-CSU).

Un excurso histórico para recordar que la bandera de Jamaica se aprobó en 1962 tras su independencia como antigua colonia británica. Los colores jamaicanos simbolizan un cierto panafricanismo formando una cruz de San Andrés y expresando el lema: “Las dificultades existen, pero la tierra es verde y el sol brilla”. El color amarillo es el sol, los colores negros se refieren a las dificultades (y recuerdan el haber sido centro del comercio de esclavos) y el verde significa la tierra.

No obstante haber perdido la primacía electoral y haber sufrido su peor resultado histórico, los democristianos no renuncian a intentar desbancar al SPD. En cualquier caso, los Verdes y los liberales son la clave de la gobernabilidad y ya han comenzado ellos, oficial y públicamente, con conversaciones bilaterales sin contar con los partidos mayoritarios, como hacían en la época anterior. Parece que van a ser ellos los que impondrán condiciones, pues sin ellos no será posible una coalición de “demócratas”, ya que antes de las elecciones y durante ellas, todos ellos se negaron a pactar con la ultraderecha del AfD (Alternativa para Alemania) que resulta equivalente al VOX español.

 No CDU, sino €dU es un grafismo que ha circulado especialmente entre la juventud y en el Metro se ha podido ver más de un joven que en la mascara antiCovid llevaba eso bien tachado en rojo, como repudiando la política y corrupción de varios políticos CDU y sus complicidades con las grandes compañías y las puertas giratorias.

La migración del voto ha sido bien grande, siendo los beneficiados ganadores tanto los verdes como los “socis”  y también los liberales, mientras que tanto la derecha como la extrema derecha han perdido  y asimismo sin llegar a desaparecer los de la izquierda Linke.

Viendo la presencia en los medios públicos y privados de comunicación se ha podido ver una presencia masiva de los partidos que han aumentados sus votos y un casi absoluto silenciamiento del Partido Die Linke, lo cual no puede ser casualidad.

La coalición Jamaica estuvo sobre la mesa en el 2017 siendo rechazada por el FDP que no aceptó como coaliado al Partido Verde. La entonces reducida victoria de la Merkel y el mal resultado del SPD llevaron a la canciller a sentarse a la mesa con los Verdes, pero Lindner (FDP) vendía su acuerdo a un precio demasiado elevado. Y no se quedó a lo que podía haber sido un banquete y se convirtió en un postre casi funerario para los liberales.

La gran coalición, ¿una solución de emergencia?

Numéricamente no se puede descartar que se repita la gran coalición. Pero sería en todo caso una solución de emergencia como ya sucedió hace cuatro años, pero esta vez como un vomitivo. Si Laschet y la CDU junto a la más conservadora CSU de Baviera accedieran a eso cambiaria algo  esencial de cara tanto al presente inmediato como de cara al futuro: esta Coalición estaría presidida por Scholz y la Socialdemocracia.

¿Cómo han votado  los alemanes de origen migratorio?

Hay poquísimos datos científicamente comprobados del comportamiento electoral de los “nuevos” alemanes. Entre el año 2015 y el 2019 la Fundación Konrad-Adenauer de los CDU cristianodemócratas ha realizado dos estudios en cuyo punto de mira estaban tres grandes grupos de emigrantes en Alemania, los de origen turco (2,8 millones), los de origen ruso  (1,4 millones)  y los de raíces polacas (2,2 millones).

En dos de estos grupos aparecen resultados relativamente constantes. Así, en uno de los citados estudios se dice que los “Spätaussiedler” (o emigrantes tardíos de origen alemán del Este de Europa), especialmente los de Rusia, votan mayoritariamente por la Derecha CDU o extremaderecha AfD, mientras que los de origen turco votan por la izquierda, especialmente por los socialdemócratas. Pero en los años estudiados muchos cambiaron del CDU al AfD y los “turcos” no permanecieron fieles al SPD votando parcialmente por CDu, mientras que los de origen polaco lo hicieron por los Verdes.

Naturalmente, estos estudios no son indicativos del año 2021, pero dan una idea del comportamiento grupal migrante.

La supervivencia parlamentaria de la Linke

En cualquier caso, la alegría en las filas socialdemócratas es muy grande aunque la formación de gobierno sea incierta todavía. La CDU después de largos años presidiendo los gobiernos, 16 años, ha decaído a sus peores resultados al ausentarse la respetada y, al mismo tiempo,  denostada Angela Merkel.

Laschet y sus amigos CDUtenientes se aferran desesperadamente a la posibilidad de permanecer en los asientos ministeriales y gobernar pese al ambiente político que desea y se expresa por un cambio.  Pero eso no está en sus manos por muchas concesiones que hagan a los antes criticados “verdes”, ya que el salto del trampolín tiene que tener una red de seguridad y ese salto es demasiado arriesgado para los que financian y dan dinero a los de CDU para mantenerse fuera de una política más ecológica.

Si Laschet y sus amigos se aferran al Poder ha habido un Partido que ha estado a punto de desaparecer del arco parlamentario al quedar por debajo del obligatorio 5%, y es Die Linke.

Si ha permanecido en el Parlamento ha sido gracias a las normas electorales alemanas que permiten que se anule la clausula del 5% si tal partido obtiene 3 mandatos directos.

Berlín es una ciudad que acaba de aprobar mayoritariamente un referéndum para expropiar   a las grandes inmobiliarias  de los grandes complejos de edificios comprados a bajo precio en el pasado por los fondos buitres.

Y es ese mismo electorado berlinés el que ha elegido al celebre diputado Gregor Gysi y a Gesine Lötzsch. Y en Leipzig Sören Pellmann también por Die Linke ha podido revalidar su mandato. De los 598 disputados federales al menos 299 son elegidos por los Circulos Electorales (Wahlkreisen).

En las elecciones Federales los votantes tienen dos votos. El primer-voto y el segundo-voto. Con el primer-voto se elige al elegido directamente. Los candidatos que en un Circulo Electoral (Wahlkreis) tengan mayoría de votos del llamado “primer-voto” han sido elegidos. Han obtenido del Mandato Directo. Para la fuerza en el Parlamento es determinante el llamado “segundo-voto” y de la suma total de un partido se restarán los diputados directos y solo los elegidos restantes se adjudicarán a la lista y bancada parlamentaria del partido. La suma del “segundo-voto” dará como resultado la fuerza de que dispone tal partido en el Parlamento de la República Federal.

O sea, la guillotina del 5% no ha afectado al Partido Die Linke gracias a haber obtenido los 3 diputados directos que anulan la cláusula del 5%. Pero el aire producido por la caída del 4,9% ha rozado su cuello recordando que tienen que modificar tanto su comportamiento de peleas públicas contra la Sarah Wagenknecht como sus visiones moralistas que perdieron de vista al conjunto del electorado con un lenguaje alejado de las masas votantes. Y esto último puede ser de aplicación a ciertos discursos de Unidas-Podemos, como cuando algunos hablan preferentemente de niños-niñas-niñes descuidando o poniendo en segundo plano los problemas candentes de las mayorías sociales.

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