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Espíritu olimpi ¿qué?
Los prebostes del olimpismo mundial confunden lo de no politizar el deporte, que está bien, con el silencio cobarde ante la con conculcación de los más mínimos derechos humanos, entre ellos uno de sus más simbólicos: la libertad de expresión.
Todos los gerifaltes olímpicos se han sellado la boca, han aceptado las inaceptables condiciones impuestas por el Gobierno chino. Ustedes jueguen mientras nosotros reprimimos. Igual que en el mundial de fútbol de Argentina en 1976. Mientras los argentinos celebraban el campeonato mundial, a pocos metros del estadio los militares fascistas torturaban impunemente a sus compatriotas.
China es un mercado muy apetecible de 1.300 millones de personas como para que el Comité Olímpico Internacional y sus dirigentes berzotas lo dejen escapar. Ustedes estarán cansados de escuchar a los mandatarios y estadistas condenar levemente, por la boca chica, la dictadura china y su desprecio a los derechos humanos a la vez que, por la boca grande, pelotea y alaba al gran pueblo chino con su gran muralla y su gran timonel ejecutivo. La Coca Cola (qué nombre tan ridículo para un refresco) no puede renunciar a que sus burbujas corran por las gargantas de tantos chinos, la quinta parte de la población mundial.
Ese eufemismo llamado espíritu olímpico, que nadie acierta a definir qué coño es, es el culpable de que la política y la religión no se mezclen con el deporte. Por eso mismo, paradójicamente, se celebran olimpiadas en países dictatoriales, totalitarios y con regímenes racistas. Se acordarán de las famosas olimpiadas de Berlín presididas por Hitler, donde los negros (perdón, afroamericanos) les dieron para el pelo a a displicente raza aria.
Los dirigentes del COI son unos fariseos, empezando por el español Samaranch, que se les llena la boca de palabras huecas a favor del espíritu olímpico (?), de la paz, la concordia, el deporte, la salud, la limpieza (espero que no étnica) y demás paparruchadas muy bonitas sólo en la teoría.
Estos zoquetes dicen defender el deporte olímpico de la contaminación política como si ellos no se valieran de los dirigentes públicos de todos los países en los que están radicados para organizar cada olimpiada y hacer su propia política, que consiste en pasar olímpicamente de las cosas importantes, como los derechos humanos y la democracia, pues lo único que les importa son sus juegos, el poder y el dinero.
Nadie ha podido hablar de los abusos del Gobierno chino porque eso es hacer política cuando en realidad hacer política es obviar la realidad y mantenerse al margen. ¿Acaso la política olímpica no es política por sí misma? ¿No lo es que la dictadura china aproveche el escaparate olímpico para marcharse de rositas y con unas cuentas medallas de oro más que los estadounidenses?
Para terminar de cuadrar el círculo, el COI prohibió a los deportistas españoles que lucieran crespón negro en señal de luto por la tragedia aérea de Barajas que afectó a decenas de paisanos, que murieron o quedaron gravemente heridos. Para estos descerebrados olímpicos, colocarse una cinta negra no es una señal de duelo sino pura política. Para justificarlo, se agarraron a sus periclitadas normativas, que en todo caso son interpretables, y aludieron a la negativa inmediatamente anterior impuesta a Georgia por su breve y virtual guerra con Rusia.
El COI confunde el culo con las témporas. Las guerras están siempre contaminadas por la política o la religión, pero un accidente aéreo es algo ajeno a la política. Apenas he visto las olimpiadas de este año en China porque para vomitar ya tengo suficiente dosis de cicuta con la política local.
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